Uno de los principales errores o pecados que se comete en el mundo del trading (como en la mayoría de aspectos de la vida) es querer ir demasiado rápido.
La impaciencia es el origen de muchas iniciativas que se vienen abajo en los traders de todo el mundo. Éstos quieren resultados inmediatos y se acercan a este mundo pensando en cómo hacerse de oro en el menor tiempo posible. Pero cuando esto no sucede así (porque sería ir contra natura), muchos se frustran y acaban por abandonar. Las preguntas del tipo; ¿Cuánto dinero voy a ganar? ¿En cuánto tiempo voy hacerme rico? ¿Qué rentabilidades obtendré con este o ese capital? se repiten una y otra vez y para su desgracia es lo único que quieren ver.
Siempre decimos que el trading te servirá para tres cosas, ganar dinero, no perderlo y mejorar como persona.
Desgraciadamente, esta última es la que muchos olvidan y más hay que trabajar.
En los tiempos que corren y en el que todo va a una velocidad de vértigo, no nos paramos a pensar en que las cosas buenas requieren su tiempo para una correcta realización. El bambú chino es un ejemplo de ello que me gusta mucho. En este caso nos valdría como metáfora de los procesos de cambio y evolución que deberemos seguir para nuestra transformación personal y conseguir los resultados deseados.
El bambú chino es una planta que sigue un proceso muy característico. Después de plantada la semilla, pasan unos cinco años en los cuales lo único que vemos es un brote diminuto. Todo su crecimiento esta en el interior de la tierra y es subterráneo, durante todo ese largo tiempo trabaja en tejer una compleja estructura de raíces que se extienden a lo largo y ancho del terreno. Entonces al final del quinto año crece a una velocidad exponencial hasta alcanzar los veinticinco metros.
Lo mismo pasa con el proceso de aprendizaje en el Trading, uno decide un día embarcarse en la aventura de gestionar sus recursos, con la esperanza de ser consistente, rentable y hasta hacerse rico. Entonces uno trabaja en pro de su objetivo, pero no obtiene resultados. Y así un día tras otro, una estación tras otra. Pero nada parece ocurrir, todo sigue igual aparentemente. Es en ese preciso instante cuando aparecen dudas, bajones emocionales, la incertidumbre de estar en el camino y lugar adecuados, situaciones que invitan a abandonar, a tirar la toalla.
Es en este preciso momento donde cerca del 70% abandonan y deciden plegar sus velas para navegar en puerto seguro, otros son los que continúan, pero poco tiempo después, otro pequeño grupo decide renunciar puesto que no soportan el daño emocional o sencillamente no están dispuestos a pagar el precio que supone llegar hasta nuevo puerto, y así paulatinamente sucede con otros mas que van abandonando. Sin embargo, hay un número reducido en torno al 10%, que decide continuar navegando a pesar de la tormenta y se mantiene firme en su deseo y convencido de que lo puede conseguir. Persisten, a pesar de los fuertes vientos que puedan azotar el barco y de las dificultades que puedan venir. Y de repente, un día todo se precipita, las cosas empiezan a suceder, hay mas victorias que derrotas y todo crece de manera exponencial. Es como si las jornadas anteriores hubieran sido de esas que decides desistir, y de pronto, al día siguiente aparece la luz: "la hora más oscura de la noche es la que precede al alba".
Éstos son los que marcan la diferencia entre el éxito y el fracaso, consiguen elevarse de entre la mediocridad y lograr el resultado deseado en sus campañas.
Porque solo el 10% de los traders está dispuesto a realizar el esfuerzo que el otro 90% no quiere hacer. De manera que la vida los recompensa con el 90% de los resultados, por consiguiente, con el 90% de la riqueza.
Nuestra filosofía en El Factor K siempre ha ido encaminada a poder crecer como personas y construir una forma de vida muy concreta para conseguir los resultados dentro de la actividad. Al final tú eres la herramienta para conseguirlo todo.
Te espero en lo más alto y te deseo lo mejor. Creo firmemente en que cualquiera puede conseguir todo aquello que se proponga, siempre y cuando esté dispuesto a realizar el esfuerzo correspondiente y tenga un porque poderoso que le permita sacar la fuerza necesaria para continuar en los momentos de flaqueza y debilidad.
Tú eres capaz de TODO, nunca lo olvides.