Por Jose Elías Rodríguez
MADRID (Reuters) - Abengoa (MC:ABGek) encadenaba el viernes su cuarta jornada consecutiva de fuertes caídas en bolsa, dejándose un 4 por ciento tras anunciar pérdidas en los primeros nueve meses del año y advertir su auditor sobre el futuro de la empresa sevillana si ésta no logra recapitalizarse.
A las 1612 horas, los títulos de clase B, que aceleraron el descenso tras una conferencia con analistas en la que no hubo preguntas, cedían un 3,67 por ciento a 0,959 euros, esfumándose en las últimas cuatro sesiones el rebote que el acuerdo con Gonvarri había inspirado el lunes. Los títulos de Abengoa Yield también caían un 3 por ciento en el Nasdaq.
En un comunicado al supervisor bursátil, Deloitte dijo que una serie de factores hacen dudar sobre la supervivencia de la histórica compañía sevillana, entre ellos su cuenta de resultados y el descalabro bursátil de la matriz y de la filial estadounidense de alta rentabilidad Abengoa Yield, cuyas capitalizaciones han perdido este año cerca de la mitad y de la tercera parte de su valor, respectivamente.
Deloitte también llamó la atención sobre las dificultades de financiación que tiene el grupo, que cerró septiembre con un flujo de caja negativo a nivel de corporación de 597 millones de euros.
Estas dificultades se han visto acentuadas con la tardanza de la ampliación de capital anunciada hace tres meses y medio y que no espera ejecutar hasta el mes que viene.
"Son indicadores de la existencia de una incertidumbre que puede generar dudas significativas sobre la capacidad (de Abengoa) para continuar como empresa en funcionamiento", dijo contundentemente Deloitte, que consideró vital que Abengoa pueda llevar a buen puerto una ampliación de capital por importe de 400 millones de euros tras la entrada en su capital de la filial de Gestamp, con una inyección de 250 millones.
En una teleconferencia con analistas en la que no se admitieron preguntas, Abengoa no quiso entrar en el detalle de estas transacciones.
El grupo ingeniería y renovables anunció unas pérdidas netas de 194 millones de euros entre enero y septiembre, frente a un beneficio de 100 millones registrado un año antes, al dar cuenta del valor actual de las acciones de su filial Abengoa Yield, que se han desplomado este año en Nueva York un 29 por ciento.
En términos operativos, los ingresos cayeron un 4 por ciento a 4.872 millones de euros y el resultado operativo bruto (ebitda) descendió un 2 por ciento a 891 millones de euros, mientras que la deuda bruta, uno de los caballos de batalla actuales del grupo, bajo entre julio y septiembre de 9.804 a 8.903 millones de euros.
Para conseguir el visto bueno de sus acreedores y sacar adelante la ampliación, el grupo ingeniería y renovables se ha sometido a severo plan de choque bajo el que no pagará dividendos, restringirá el capex y venderá activos por 1.200 millones.
Además, la reestructuración del grupo supondrá un cambio drástico en el gobierno, con Inversión Corporativa, el vehículo controlado por la familia Benjumea, viendo muy diluidas tanto su participación como representación en el consejo.