MADRID (Reuters) - La atribulada empresa de ingeniería y energías renovables Abengoa (MC:ABGek) anunció el viernes unas pérdidas netas históricas de casi 3.700 millones de euros en el primer semestre del año, mientras el proceso para que sus acreedores avalen un vital plan antiquiebra entra en su recta final.
Son los terceros números rojos consecutivos del grupo sevillano, tras contabilizar pérdidas de 340 millones de euros en el primer trimestre y un saldo negativo de 1.213 millones de euros en 2015, hasta entonces el peor registrado nunca en un ejercicio.
El menor ritmo en la contratación y ejecución de proyectos provocado por la grave crisis financiera que atraviesa el grupo menguó sus ingresos hasta junio un 63 por ciento a 1.215 millones, con una fuerte caída de la rentabilidad que hizo que el grupo perdiera 50,5 millones de euros en el resultado operativo bruto (ebitda), frente a los 589 millones de euros de un año antes.
La deuda corporativa neta de la sevillana se situó al cierre de junio en 5.569 millones. En total, la deuda neta de la compañía asciende a más de 9.000 millones de euros, una cifra similar a la del trimestre anterior, de la que 7.123 millones de euros proceden de la financiación corporativa de la compañía y 1.902 millones de euros de la financiación puente.
Abengoa dijo en un comunicado al supervisor bursátil que las pérdidas se debían principalmente al "deterioro de determinados activos y a la ralentización generalizada del negocio".
En concreto, dijo que los principales impactos negativos, que ascendieron a 3.253 millones, correspondieron a la actividad de bioenergía y las líneas de transmisión en Brasil "como consecuencia de los diversos procesos concursales abiertos, al registro de provisiones de costes de construcción y a otros conceptos menores".
CUENTA ATRÁS DEFINITIVA
Abengoa se declaró en preconcurso de acreedores hace casi un año y trabaja a marchas forzadas para convencer al 75 por ciento de su pasivo de que apoye un plan de reestructuración bruñido por un grupo de "hedge funds" y bancos que se ha convertido en la única alternativa a la liquidación de la empresa.
El proceso de adhesiones al plan de rescate comenzó el pasado lunes y -según dijo una fuente con conocimiento de la situación a Reuters esta semana- arrancó con un apoyo inicial del 30 por ciento de la deuda.
La compañía tiene menos de un mes, hasta el 25 de octubre, para elevar este porcentaje de adhesión al 75 por ciento y poder llevarlo dentro de los tres días siguientes ante un juzgado de Sevilla que lo homologaría judicialmente.
Posteriormente, sus accionistas tendrán que bendecirlo en una junta extraordinaria a mediados de noviembre, según la misma fuente, en la que también se votaría un consejo de administración totalmente nuevo con un solo cargo ejecutivo y, previsiblemente, la fusión de los dos tipos de acciones que tiene la compañía.
El plan para hacer viable a Abengoa dotaría de nuevos fondos y avales a una empresa con la caja estrangulada y reduciría su deuda a menos de la mitad tras una compleja capitalización que terminaría diluyendo casi completamente a los accionistas actuales.
"La compañía tiene previsto adoptar las medidas necesarias para restituir el equilibrio de su neto patrimonial durante el segundo semestre de 2016, una vez que sean aplicadas las actuaciones previstas en el plan de viabilidad y que se registre el impacto positivo de las quitas y de la ampliación de capital contempladas en el acuerdo de reestructuración", dijo el grupo.
En las cuentas a junio, el patrimonio del grupo fue de -2.911 millones de euros.
En caso de no sacar adelante su plan, Abengoa se vería abocada al mayor concurso de concurso de acreedores de la historia empresarial española con un total pasivo a junio de 15.700 millones incluyendo los asociados a las empresas en venta.
(Información de Jose Elías Rodríguez, escrito por Tomás Cobos, editado por Tomás Cobos)