Hace unas semanas publicamos un post sobre los DCF y mencionábamos el caso de la salida a bolsa de Snapchat (NYSE:SNAP) y cómo el banco encargado de su salida a bolsa, Morgan Stanley (NYSE:MS), no había cambiado su precio a pesar de cambiar las proyecciones.
“Déjenme recordarles brevemente lo que pasó recientemente con la salida a bolsa de Snapchat. En el análisis que Morgan Stanley publicó el 27 de marzo, casi un mes después de su salida a bolsa, estableció un precio objetivo para la compañía de 28 dólares. Tan sólo 22 horas después, emitieron una segunda nota que parecía similar, pero donde las estimaciones de beneficios eran sustancialmente menores que en el documento inicial. Sin embargo, y a pesar de ello, el precio objetivo era el mismo. ¿Cómo lo hicieron? Ajustaron la tasa de descuento, el WACC (Weighted Average Cost of Capital), del 10% al 8%, y obtuvieron el mismo precio. Por lo visto, el riesgo (reflejado en la tasa de descuento) de Snapchat disminuyó un 20% en cuestión de horas...”
El papel lo sostiene todo y si ello sirve para ganar más dinero como colocadores (underwriters), pues modificamos la tasa de descuento y ¡a correr! Total, el inversor no entiende mucho, y como casi todas las salidas a bolsa de tecnología parecen salir bien, pues encima ni se va a enterar.
Hablábamos de lo poco que hay que confiar en las valoraciones de los analistas (los sell-side, los que venden su producto a otros o lo ofrecen a cambio de negocio), de sus conflictos de interés e incentivos perversos, de su falta de acierto, lo cual deja sin validez muchos análisis. En el un post anterior hablábamos de un estudio llamado Analysts and Anomalies, que en resumidas cuentas viene a decir cómo las rentabilidades esperadas y recomendaciones de precios de los analistas contradicen o van en sentido contrario de las anomalías persistentes en el tiempo, y consistentes en sectores y ámbitos geográficos. En definitiva, que se equivocan bastante a menudo.
Pues bien, hace dos días lo volvieron a hacer, el mismo banco que sacó a la compañía a bolsa, Morgan Stanley, el que no modificó su precio a pesar de la revisión a la baja de sus fundamentales, ahora dice que de lo dicho, nada de nada, que peor, y el resultado es el siguiente:
Admiten su error (¡sólo faltaba!) acerca de la capacidad de Snap para innovar y mejorar su producto este año, y por tanto la monetización del mismo. Como resultado, han rebajado su precio objetivo hasta 16 dólares, siendo éste de 7 dólares en el escenario pesimista. Es decir, desde marzo a julio, cuatro meses, una caída del 43%. ¡Alguna responsabilidad tendrán que afrontar!
Lo dicho, hagan sus deberes, no se fíen de nadie, y menos de los informes de los analistas (sell-side), que, siendo amables, no tienen un alto nivel de acierto, y su interés no parece ser el del inversor.