Argentina tiene una historia muy accidentada en los valores de sus activos en general, y sobre todo los inmobiliarios. La pregunta: “¿es el momento de comprar o vender?”, es casi cotidiana
Es que las diferencias patrimoniales que se pueden generar en los diferentes momentos del tiempo con los actos de compra o venta son mucho más significativas para Argentina que para países con políticas económicas más estables.
Eso va quedando en la memoria colectiva y ya es una cultura del mercado inmobiliario argentino. Estamos plagados de historias y anécdotas del que “compró en el 2002″, el que “vendió en la época de Martinez de Hoz”.
Más difícil es escuchar, salvo en conversaciones íntimas y en tono de confesión, a los que hicieron la operación inversa en esos dos momentos en el tiempo.
La razón de esto, y conocida por todos, son los bruscos cambios en la política económica. Desde fin de los 70′ el Estado argentino ha adoptado, según las épocas, desmesuradas políticas de expansión del gasto público y el consumo, que al final del ciclo derivan en inflación, escasez de divisas y baja inversión en bienes duraderos.
Cuando este modelo se agota, se aplican también desmesuradas políticas para contrarrestar los males anteriores con el objetivo de bajar la inflación e impulsar la inversión de largo plazo.