"Inflación, deflación y vuelta a ese círculo vicioso. Los expertos buscamos referencias y signos que nos den pistas sobre el estado de salud actual de las Finanzas y de la economía. Conforme pasa el tiempo abunda la creencia de que determinadas economías europeas han entrado en un proceso deflacionario similar al de Japón, con toda su carga negativa sobre el tejido económico. Nosotros no lo creemos así. en nuestra gestora hacemos un análisis muy simple: los precios de los activos han caído un promedio del 50%, lo mismo que el de los inmuebles. Los sueldos han seguido la mismo trayectoria. Se trata, por tanto, de un ajuste, de un proceso de resaca tras la borrachera de los años previos al estallido de la Crisis. Somos lo que somos y eso hay que asumirlo, pero la gente quiere seguir mirando para otra parte. Con los sueldos actuales y la valoración de los activos, los normal es que los precios de las mercaderías sigan el mismo proceso. Sería peor un aumento de la inflación. No lo duden", me dice el analista jefe de una importante gestora.
En este encuadre, José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España señala:
Todos somos conscientes de que la desaceleración en la inflación en lo que llevamos de Crisis ha sido un fenómeno mundial. Por ejemplo, la inflación en la OCDE ha pasado de niveles del 3.2 % en 2011 hasta un 1.4 % este mismo año. ¿Y los países emergentes? Naturalmente hay excepciones, pero son más evidentes en el caso de la inflación de activos, financieros o inmobiliarios, más que por los precios de bienes y servicios. La semana pasada por ejemplo conocíamos el último dato de inflación de China, que se moderó hasta niveles del 2 % anual (y caída anual en los precios al por mayor). Evidentemente, una factor común más allá de la Crisis que explica este comportamiento común de la inflación a la baja. ¿Su nombre? Los precios de la energía y del resto de las materias primas. Al menos podría explicar el 80 % de la moderación de la inflación en este periodo. El resto puede ser achacable a la propia Crisis.
Miren ahora estos dos gráficos. En el primero se puede observar la evolución de la inflación de la OCDE desde finales de los noventa, extrayendo el impacto de los precios de la energía y de las materias primas. En el segundo pueden ver estos dos componentes, ahora considerando sus precios en los mercados financieros. Los he tomado de un reciente análisis del BCE...
Más de un punto de inflación promedio de la OCDE entre 2008/2011 se puede explicar por el aumento de los precios de las materias primas. No es necesario preguntar el porqué de la subida de los precios de las materias primas, considerando la fuerte demanda real y la especulación sobre estrecheces de la oferta. Pero, la situación cambia desde 2011 con moderación en la demanda y creciente oferta (incluido en USA el desarrollo de la industria del gas pizarra). Al final, los precios se estancan en los últimos años lejos de los niveles altos recientes lo que detrae más de medio punto al nivel de inflación de los países desarrollados.
¿Cuáles son las expectativas de precios para las materias primas en el futuro inmediato? Realmente, su estabilidad en términos de progresiva recuperación de la demanda pero una oferta suficiente. ¿Y la geopolítica? Naturalmente, su potencial materialización como riesgo en términos de contracción de la oferta no se puede descartar. Aunque, por otro lado, es complicado compatibilizar este riesgo (imponderable) bajo un escenario de mínima aversión al riesgo como el actual. Aunque esto último, la utilización de estos activos reales para diversificar el riesgo de una cartera financiera tampoco parece haberse traducido por el momento en precios más elevados.
Pero la cuestión de fondo ahora para los bancos centrales ya no es evitar el riesgo de desinflación, cuando su principal argumentación (los precios de commodities) han estabilizado sus precios o incluso amagan con recuperarse en el futuro próximo. El riesgo ahora es una inflación estable en niveles muy bajos, característica de un proceso de desapalancamiento. Naturalmente, hablo de la zona Euro. ¿Y los países anglosajones? Probablemente pocas novedades a corto plazo desde los niveles actuales. Aunque admito que me sorprende su tranquilidad al predecirlo (relativa estabilidad) sin admitir la posibilidad de equivocarse. Seguro que tienen razón.
¿Qué apuntan los bonos?
Adjunto gráfico de largo plazo de la rentabilidad del Bund alemán. Actualmente en mínimos históricos (como le pasa al bono a 10 años español), este gráfico se remonta a 1815 cuando Alemania como país no se fundó hasta 55 años después por lo que imagino toma como referencia la deuda de Prusia, principal estado anterior a la formación del estado germano. Parecen buenas noticias pero la expectativa de tipos bajos durante tanto tiempo que reflejan esos tipos de interés (propiciados por BCE) pueden significar también que se descuenta una deflación prolongada y eso es más tiempo de crisis. Esperemos no sea así.