El CEO de una de las grandes gestoras de fondos me cuenta que "el Gran Rebote protagonizado por la Bolsa española en las últimas semanas, justo cuando los registro marcaban rendimientos negativos anuales de manera generalizada, ha dejado tocados a los todopoderosos fondos de alto riesgo, a los hedge funds y a otras armas de destrucción masiva, como en su día dijo Greenspan sin éxito, por lo que estamos viendo. Quien crea, no obstante, que estos fondos megasupermillonarios en gestión de activos se van a ir con el rabo entre las piernas, aullando a la luz de la luna y lamiéndose las heridas para que cicatricen mejor, están muy equivocados. Al menos eso es lo que consideramos en nuestra gestora. Estos fondos cabalgarán, más pronto que tarde, a lomos de la política. Buscarán en el cenagal y airearán los insultos, que, sin duda alguno, vendrán con el inicio del proceso electoral del 20-D. Siempre arrimando el ascua a su sardina argumentarán, sin dilaciones, que el Reino de España puede caer en la ruleta desafortunada de la ingobernabilidad y de la Crisis Política. Los independentistas catalanes siguen al margen de la Ley, con ánimos renovados (o desesperados, armando follón)"
Respecto a las especulaciones políticas en lid, dos proyecciones. En un informe publicado en septiembre, UBS (VX:UBSN) contempla cuatro posibles coaliciones, si bien reconoce "que otros desenlaces serían posibles".
De este modo, desde la entidad apuntan a que en caso de que emerja un gobierno de centro-derecha que incluya a PP y Ciudadanos: "las acciones serían nuestro activo preferido". "Creemos que este escenario no está descontado por la renta variable española, por lo que esperaríamos un rally por el alivio, en tanto que las actuales políticas continuarían y la incertidumbre se reduciría", explican desde UBS. En este sentido, desde la firma suiza favorecerían sectores como el hotelero, el inmobiliario, el tecnológico y los bancos domésticos, citando compañías como Meliá, Merlin, Indra (MC:IDR), Bankia (MC:BKIA) y CaixaBank (MC:CABK). Con respecto a la deuda, los expertos de la firma creen que este "sería el escenario más propicio para los bonos".
Si, por el contrario, el gobierno estuviese formado por una coalición de izquierdas que comprenda a PSOE, IU y Podemos, el equipo de análisis de UBS cree que "el riesgo político cotizaría antes en los bonos que en las acciones".
Sin embargo, reconocen que gran parte del riesgo dependería del poder que alcanzase el partido capitaneado por Pablo Iglesias. "En nuestra opinión, un gobierno liderado por Podemos como el partido con el mayor número de escaños probablemente provocaría el mayor aumento de diferenciales de cualquiera de los potenciales desenlaces de las elecciones generales", apuntan. Sin embargo, desde el banco advierten de que "es probable que los bancos y las utilities estén especialmente en riesgo en un escenario así". Y es que la volatilidad de la deuda española podría afectar a las entidades españolas. En el caso de las empresas de servicios públicos, el banco estima que el riesgo de caída del beneficio por acción (BPA) de Endesa (MC:ELE) y Gas Natural (MC:GAS) sería de doble dígito y que en el caso de Enel (MI:ENEI) e Iberdrola (MC:IBE) sería de la parte baja en un solo dígito. En este sentido, desde el banco consideran que la eléctrica dirigida por José Ignacio Sánchez Galán "es la inversión más segura en el sector en España".
Otro más. España será el país desarrollado que más crecerá este año, pero la incertidumbre política, una vez superadas las elecciones catalanas y a la espera de la celebración de los comicios generales en diciembre, empaña las previsiones para 2016, según advierte el departamento de análisis de Bankinter (MC:BKT).
Los expertos recuerdan que según las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) España crecerá un 3,1% este año frente al 2,5% de Estados Unidos, el 2,4% del Reino Unido, el 1,6% de Alemania y el 2,7% de media en otras economías avanzadas.
"Sin embargo, este buen tono será difícilmente extensible durante 2016", advierten los analistas, que hacen unas previsiones "más cautas" por los "riesgos" que plantea un hipotético escenario de inestabilidad política.
Según sus estimaciones, el Producto Interior Bruto (PIB) español podría crecer en 2016 un 2,6% en un escenario central, previsión que caería al 1,9% en un escenario pesimista y se elevaría al 3,1% en un escenario optimista.
"Debemos reconocer que en España nos preocupa particularmente la influencia del factor político sobre la economía, de manera que hemos considerado que en el mejor de los casos el PIB se expandirá de media en 2015 en el entorno de 3%, tras haber alcanzado una velocidad punta de casi 4% en el segundo trimestre, a partir de la cual irá desacelerando hacia un ritmo cercano a 2,5%", apuntan los expertos.
Señalan que el "ruido político" que se está generando en España en los últimos meses hará que se pospongan las decisiones de inversión y se ralentizará la creación de empleo, que a mediados de 2015 se encontraba en el entorno de 800.000 empleos anuales. "No será fácil recuperar el vigor anterior, menos aun en un contexto internacional más débil", agregan.
Los analistas recuerdan que las encuestas de intención de voto están ofreciendo un panorama político distinto al actual, "lo que plantea la posibilidad de una cierta vulnerabilidad de lo económico derivada de una hipotética inestabilidad política, consecuencia de un frágil equilibrio de pactos políticos de cara a la siguiente legislatura".
Por ello, creen que se podría ver una ralentización en la toma de decisiones de consumo e inversión a nivel doméstico, "cuyo impacto se notaría de cara a 2016, ya que la inercia positiva de la economía parece garantizada durante este año".
Asimismo, alertan de que la inestabilidad política podría afectar al flujo inversor exterior, ya que es un tema que está siendo cada vez más monitorizado por los inversores internacionales.
En este sentido, entienden que en el caso de que finalmente tomara forma un proceso de desintegración territorial o las elecciones generales de diciembre dieran como resultado un gobierno "sin capacidad de actuación suficiente sobre la economía", el departamento de análisis se vería obligado a revisar a la baja de "manera sensible" sus estimaciones sobre España.