Parece que 2018 no va a ser un año fácil para los inversores de Facebook (NASDAQ:FB). Al menos por ahora.
Junto con el continuo flujo de noticias negativas sobre su plataforma, desde el puno de vista de los precios de las acciones, este gigante de las redes sociales parece ir a quedar a la zaga en comparación con otras acciones de empresas tecnológicas punteras. Mientras que las acciones de Facebook apenas se han movido este año, Netflix (NASDAQ:NFLX) se ha disparado un 38%, Snap (NYSE:SNAP) un 36% y Twitter (NYSE:TWTR) un 34%.
Esta comparación sugiere que el debilitamiento de Facebook tiene poco que ver con la creciente volatilidad observada en los mercados. Al contrario, probablemente haya algo más profundo que está mantenimiento al margen a los inversores.
La última caída de los precios de las acciones, que cerraron en 177,36 USD el viernes dejándose un 1,44%, se produce después de que la Oficina del consejero especial de Estados Unidos, Robert Mueller, acusara a 13 rusos y tres empresas de Rusia de su injerencia en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2016. La acusación argumenta que los rusos adoptaron identidades falsas en la red en una serie de plataformas de algunas populares redes sociales para emitir mensajes conflictivos y favorecer la campaña del entonces candidato republicano Donald Trump.
Facebook y otras empresas de redes sociales se han visto sometidas a un cada vez mayor escrutinio por parte de reguladores y políticos ante las preocupaciones en torno a que las plataformas online puedan estar utilizándose por delincuentes y enemigos de Estados Unidos. El Congreso, por ejemplo, ha estado investigando cómo utilizaron los rusos las plataformas de redes sociales para influir en las elecciones de 2016.
Incluso antes de estas recientes acusaciones, algunos legisladores han criticado a Facebook por no negarse a la publicidad electoral abonada en rublos rusos. Las facturas de ambos partidos se han entregado a Cámara y el Senado, que exigirán a las empresas como Facebook que sean más transparentes sobre los anunciantes en sus plataformas.
No es de extrañar que los inversores se hayan vuelto recelosos en cuanto a las perspectivas de Facebook. Algunos se preguntan si este bajo rendimiento es señal de que las fortunas de Facebook están revirtiendo. Después de todo, es una empresa cuyos precios de las acciones, desde su salida a bolsa en 2012, han subido más de tres veces.
A pesar de este impulso negativo, sin embargo, creo que el valor a largo plazo de Facebook sigue intacto. Como tampoco creo que sea una estrategia prudente para los inversores a largo plazo vender sus acciones a toda prisa. Me explico.
La reciente actividad de la compañía indica que Facebook cuenta con un plan robusto para hacer frente a los desafíos derivados del supuesto uso de su red por parte de criminales y regímenes extranjeros al margen de la ley. Está abordando de frente las cuestiones de las noticias falsas y la propagación del sensacionalismo, con el fin de minimizar el riesgo de una futura intervención gubernamental.
El mes pasado, Facebook anunció que estaba cambiando la forma en la que sus usuarios pueden consumir las noticias. Esta medida está destinada a impulsar las interacciones sociales por encima de las historias de los editores. En otras palabras, en el futuro, Facebook tiene la intención de ayudar a los usuarios a tener "interacciones sociales más significativas" en lugar de encontrar "contenido relevante".
La dependencia de Facebook de los algoritmos ha sido uno de sus puntos débiles a la hora de identificar el contenido que es ilegal o criminal por naturaleza. Por ejemplo, los anuncios que supuestamente compraron los agentes rusos en Facebook durante la campaña electoral de Estados Unidos pasaron por el sistema automatizado de compra de anuncios de la empresa sin ninguna interacción humana.
Sin embargo, desde entonces, la compañía ha reforzado el equipo que revisa los anuncios y pretende añadir herramientas que permitan a los usuarios saber quién los compró o los patrocinó. La compañía pretende duplicar el número de personas que supervisará el contenido, eliminar los discursos de odio y las noticias falsas. Además, habrá normas más estrictas sobre la información y los objetivos de los anuncios.
Propiedades diversificadas, una máquina de hacer dinero
El principal punto fuerte de Facebook es que es una increíble máquina de hacer dinero. Y dudo que Mark Zuckerberg se esté quedando sin opciones con las que mantener esa máquina de hacer dinero en efectivo.
Está claro que los cambios que Facebook ha ido introduciendo para hacer su plataforma más socialmente responsable están reduciendo el tiempo que dedican a su red. Al final del año pasado, Facebook señaló que el tiempo que los usuarios pasan en la plataforma disminuyó en 50 millones de horas al día.
Pero FB cuenta con una estrategia para compensar este déficit por medio de unas propiedades muy diversificadas. Por ejemplo, su plataforma Instagram —dirigido a un público más joven— ya cuenta con 800 millones de usuarios. De hecho, alrededor del 59% de estos usuarios en Estados Unidos tiene menos de 30 años.
Además, Facebook cuenta con su poderoso servicio de mensajería WhatsApp, utilizado ahora por más de mil millones de personas en más de 180 países. La empresa no ha hecho más que empezar a monetizarlo.
Luego está Facebook Watch, un servicio de televisión a la carta que la empresa presentó el pasado verano. Watch, que también podría enfocarse hacia el YouTube de Google (NASDAQ:GOOGL), será otra medida más de la empresa para expandirse más allá de los gastos de publicidad digital y comenzar a ganar dinero a través de la publicidad televisiva.
Resultado: Las acciones de Facebook podrían seguir reduciendo su ventaja durante el primer semestre de este año, resultado de la drástica transformación que está sufriendo la empresa. Eso no es nada inusual, sin embargo, para las empresas que operan en el entorno tecnológico. Lo más prometedor de Facebook es que su plataforma es tan poderosa que los anunciantes no pueden permitirse ignorarlo.
Mientras la empresa sigue generando ganancias sin parangón en el mercado mercado y considerables flujos de efectivo, cualquier descenso en la bolsa es una gran oportunidad de compra.