El KOF, indicador principal de Suiza, revirtió la débil lectura del mes anterior al subir a 105,5 (desde el 102,0 de mayo). El salto casi compensó la caída del mes pasado y destacó que la tendencia al alza indica que las perspectivas a corto plazo siguen siendo sólidas.
Esta recuperación debería ayudar a aliviar la preocupación de que la economía suiza se desacelera más rápido debido a la fortaleza del CHF. El impulsor más fuerte fue el sector manufacturero, que compensó parte del arrastre negativo de la construcción. Como se discutió sobre el tema acerca de China, la mayor demanda externa contribuyó a mejorar la perspectiva suiza con respecto a los futuros pedidos.
Tenemos la sospecha de que la mejora de la confianza en todo el clima de negocios y la competitividad se puede remontar a un CHF ligeramente más débil frente al euro. La mejora del crecimiento y la baja incertidumbre política han enviado al capital de nuevo hacia Europa, permitiendo que el BNS desacelere la intervención en el mercado de divisas para impedir la apreciación del CHF.
Seguimos con una postura bajista en el CHF dado que no es probable que la política monetaria del BNS cambie en el corto plazo, mientras que el BCE, la Fed y los miembros del Banco de Inglaterra han señalado cada vez más medidas hacia la “normalización” y una política más restrictiva. Consideramos que el GBP/CHF es la mejor manera de manifestar esta visión divergente de la política.