El Banco Central Europeo (BCE), en su reunión del pasado mes de julio, decidió mantener los tipos de interés y el actual programa QE de compra masiva de activos (60.000 millones de euros cada mes). Hasta aquí ninguna sorpresa, era lo esperado. Pero introdujo una coletilla que es la clave de todo.
Afirmó que en otoño debatirían cuándo y cómo reducir el programa QE. Claro, esto ha abierto todo tipo de especulaciones en los mercados. En principio, y salvo sorpresa, debiera de ser en la reunión de septiembre o en la de octubre cuando la entidad comente los cambios sustanciales que acometerá al respecto. y digo anunciar y comentar, no efectuar, ya que eso sería en una segunda fase posterior.
Realmente, el principal motivo de que estemos cerca del final del QE es el ritmo de crecimiento de la economía en la zona euro, aunque la inflación sigue siendo el principal caballo de batalla, el objetivo del 2% sigue siendo una quimera y para este año se espera 1,5% y para el próximo 1,4%.
La cuestión es que el final del QE favorece al euro, de ahí que la divisa comunitaria esté apreciándose frente al resto de monedas, y perjudica a la renta variable del Viejo Continente.
De todas maneras, aún queda para todo ello, de manera que lo iremos viendo poco a poco.
Respecto a la semana que ha terminado, decir que las compañías cíclicas, como las financieras y la industria, han sido las que peor lo han pasado. Los índices bursátiles cerraron en rojo pero por el momento no se ha perdido ningún nivel relevante.
Estamos llegando al final de las presentaciones de resultados de las compañías y se puede decir que faltando únicamente el 10%, el número de compañías que han superado las previsiones del mercado ha sido del 78% en Estados Unidos (incremento del BPA del 9%) y el 58% en Europa (incremento del BPA del 13%).
La idea es que se espera un incremento de los beneficios superior al 10%, algo que no sucedía desde hace seis años.
En cuanto a las elecciones de Alemania en septiembre, no ha novedades en los sondeos, Merkel ganaría, siendo positivo para el euro y las bolsas.
Nuestro selectivo, el Ibex 35 cayó en la semana un 4,20% y marca la peor semana del año, su nivel más bajo desde el mes de abril, siendo el índice europeo que más cae, con Arcelor Mittal (MC:MTS) y Acerinox (MC:ACX) a la cabeza de los números rojos.
Se ha venido comentando durante los últimos días desde Wall Street que si no se aprobase en EE.UU. la reforma del Impuesto de Sociedades en 2018, los mercados podrían sufrir caídas que oscilarían entre el 3% en el mejor de los casos y el 7% en el peor.
Como no podía ser de otra manera, los activos refugio se vieron beneficiados por la coyuntura:
- Oro: sube un +2,5% hasta los 1.287 dólares por onza (en el año +14%), ayudado también por la caída del dólar (mantienen una correlación inversa).
- Deuda alemana: el interés del bono alemán baja de 0,45% a 0,38%, una caída de la rentabilidad (es inversa al precio) que implica una revalorización del 0,75%.
- Deuda estadounidense: no ha presentado cambios de relieve y sigue en el 2,21%.
- Franco suizo: sube en la semana un +1,29% y ha experimentado la mayor subida diaria desde enero del 2015. Sería uno de los refugios más buscados por los inversores si las relaciones entre Estados Unidos y Corea del Norte se deterioran más de lo que ya están si cabe.
- Yen japonés: sube en la semana un +1,67%, pero presenta la particularidad de su cercanía con Corea del Norte, de manera que en caso de empeorar el conflicto no sea el activo refugio favorito para los inversores.