Que las criptomonedas hayan tenido presencia en el enfrentamiento militar actual entre Rusia y Ucrania no es fruto de la casualidad o un golpe de suerte y las razones las encontramos años antes de que estallará el conflicto. Previamente, Ucrania era una de las naciones que más uso hacía de los criptoactivos. De hecho, en 2020 un estudio de Chainalysis reveló que Ucrania (a la cabeza) Rusia, Venezuela, habían superado a los mismísimos Estados Unidos y China en cuanto a la adopción per cápita de las criptodivisas.
Uno de los claros ejemplos de esta situación era por ejemplo el hecho que funcionarios ucranianos en 2021 tenían en su poder más de 45.000 bitcoins que en aquel momento ascendía a un valor superior a los $2,50 millones. Además, poco antes de empezar la guerra ya habían legalizado el bitcoin en dicho país, sin duda, una decisión muy importante para facilitar e impulsar una mayor adopción de los criptoactivos. Quién sabe si se aceleró la aprobación de dicha legislación porque ya sabían lo que estaba a punto de suceder con Rusia.
Por ello, no fue de extrañar que en las primeras semanas de la guerra el gobierno, equipos de ayuda, ONGs, empresas privadas, entre otros ya habían recaudado cerca de $50 millones con diferentes tipos de criptomonedas.
Si nos ponemos en situación, es fácil empezar a darnos cuenta de las ventajas que pueden proporcionar el uso de criptodivisas. Por ejemplo, si se convierte o transfiere la riqueza a este tipo de activos se incrementa la dificultad de que te puedan robar o confiscar dicho patrimonio. Además, si en algún momento la infraestructura que da soporte al sistema de pagos de una nación deja de funcionar o incluso desaparece, imposibilitaría a cualquier país gestionar la financiación necesaria durante una guerra.
Por otro lado, un uso de los medios de pago tradicionales de una forma más directa o diaria como puede ser el de los civiles o el de las ONGs prácticamente es inoperativo. Mientras que una transferencia tradicional hasta que llega al banco y se puede utilizar pueden pasar varios días dadas las excepcionales circunstancias que se dan en un conflicto bélico. Sin embargo, con las criptomonedas este tipo de operaciones puede ser simplemente cuestión de horas. Sin olvidar también que los gastos por las gestiones son mucho más económicos.
Por otro lado, al igual que las divisas tradicionales, fiat, también hay que recordar que las criptomonedas no escapan de aquellas personas sin escrúpulos que intentan perpetrar estafas aprovechándose de una situación tan horrible como es una guerra que despierta nuestro lado más humanitario y generoso. Por dicha razón, si en algún momento vamos a realizar alguna donación es muy recomendable que antes investiguemos y nos informemos sobre la organización benéfica o la persona que solicita las ayudas.
En segundo lugar es necesario realizar búsquedas por Internet de la organización incluyendo términos como "queja", "estafa", etc. Y además, sería conveniente buscar en internet la dirección del wallet a donde hay que enviar la donación para confirmar que es la oficial.
Al otro lado de esta historia está Rusia. Posiblemente los dirigentes de dicho país no eran del todo conscientes de las oportunidades y ventajas que tenían las criptomonedas porque en febrero, marzo del año pasado afirmaron que querían prohibirlas e incluso también las actividades relacionadas con el minado dentro del país porque podría suponer una amenaza para su política monetaria. Pero dicha noticia además fue muy sorprendente porque Rusia era el segundo o tercer país del mundo en lo que respecta a minería de criptodivisas.
Sin embargo, poco después rebajaron dichas medidas, y su propuesta fue la de regular el sector posiblemente porque ya estaban pensando en allanar el camino para desarrollar un marco regulatorio en el que se pudiera desarrollar su futuro rublo digital que según las últimas noticias podría empezar a ponerse en marcha para el segundo trimestre de 2023.
Bien es cierto que su interés por las criptomonedas ha sido relativamente reciente ya que históricamente existían otras formas más fáciles de evitar las sanciones económicas y son las que Putin y el Kremlin han estado aplicando durante años. Por ejemplo, la búsqueda de alianzas comerciales con países como China. Las reservas en activos en yuanes, oro, etc. U otros medios alternativos al Swift como su propio sistema el SPFS (Sistema Ruso de Transferencia de Mensajes Financieros). Pero el Bitcoin y el resto de criptomonedas nunca, hasta ahora, habían formado parte de sus planes.
No obstante, a corto-medio plazo parece ser que Rusia va a apostar por el rublo digital, su propia moneda nacional digital (CBDC), y tal vez no deposite tanto interés en la adopción de criptoactivos, al final con el principal objetivo de evadir las sanciones internacionales impuestas tras la invasión a Ucrania o por ejemplo, solucionar los problemas para realizar pagos internacionales debido a la exclusión que tiene de la red SWIFT.
Finalmente, hemos podido comprobar que las criptomonedas, una vez más han estado y están presentes en circunstancias extremas donde se ha podido comprobar su resistencia y capacidad de adaptación, lo cual es una clara prueba de su utilidad e indudable aportación para complementar el sistema financiero actual. Al fin y al cabo, para la sociedad en general, es más beneficioso promover la convivencia de los sistemas financieros tradicionales con los nuevos sistemas financieros digitales que están facilitando las criptomonedas porque a la larga todos saldremos beneficiados. Luchemos por esa paz y cooperación.