Estando de viaje en Suiza, me sorprendió tanto como a todos los demás la información de que el Banco Nacional Suizo (BNS) ha eliminado el suelo en el EUR/CHF, todo esto a pesar de mi anterior artículo que hablaba de un mayor riesgo, pero no de una eliminación de este suelo así de rápido.
El BNS ha sopesado claramente los pros y contras de este suelo y ha decidido que lo negativo supera a las ventajas. Esto a medio y largo plazo se verá no solo como algo lógico, sino también como la protección del crecimiento suizo a largo plazo y de las expectativas de inflación.
El BNS está efectivamente aceptando que el ciclo económico necesita seguir su camino, y el artificialmente débil CHF tenía la consecuencia indirecta de inflar un ya de por sí fuerte mercado inmobiliario, y de ejecutar la política monetaria en Suiza en función del BCE.
Todo esto con la decisión se ha neutralizado, y Suiza envía ahora una señal muy fuerte a un país como Japón de que el camino para el crecimiento y la prosperidad a largo plazo pasa por permitir al mercado dictar el tipo de cambio.
Suiza ha lidiado con un CHF fuerte a través de la innovación, la productividad y un extensivo “Mittelstand” – sector de PYMEs. Japón lo ha hecho a base de exportar su problema al extranjero.
La acción del BNS está llena de racionalidad y da esperanza a los mercados y a la gente de la calle, ya que aceptar las subidas y bajadas del ciclo económico baja es la única manera de revertir a la media para ir hacia una mejor situación.
Espero que el EUR/CHF cotice alrededor de 1.000/1.0500 como valor justo cuando todo haya finalizado. El CHF es más fuerte porque se apoya en un regimen de impuestos, una sociedad eficiente y formada y un sector de pymes que está constantemente buscando calidad y formación.
Además, finalmente ahora está apoyado por un banco central que cree en la microeconomía por encima de la macro, y lo demuestra al dejar que el tipo de cambio sea dictado por el mercado.
Esto no alivia el dolor de la sorpresa para muchos inversores y compañías, pero será un aviso a navegantes y una confirmación de nuestro sesgo, ya que creemos que 2015 marca el comienzo de una mayor volatilidad.