Los datos macroeconómicos conocidos ayer en Estados Unidos reforzaron la idea, cada vez más extendida en el mercado, de que Estados Unidos está en la senda de la recuperación (el IPC no muestra indicios de tensiones inflacionarias en la economía y la producción industrial se sitúa por encima de lo esperado). Los principales índices estadounidenses terminaron la sesión de ayer la sesión con un recorte medio de algo mas de un -0,25%, y un considerable repunte de la volatilidad implícita (los mercados comienzan a asustarse ante lo que pueda expresar Bernanke). La sesión en la región Asia-Pacífico se ha saldado con tono mixto: el índice Nikkei japonés arriba un +0,11% (hoy se han publicado las minutas de la última reunión del Banco de Japón, sin novedad); y el CSI 300 chino se dejó un -1,51% (la incertidumbre sobre si el Gobierno chino tratará de reactivar la economía está haciendo repuntar la volatilidad en el mercado chino, de ahí los recortes). La sesión comienza en el viejo continente con subidas generalizadas.
A lo argo de la mañana conoceremos en Reino Unido el dato de peticiones de desempleo, que se espera empeoren ligeramente desde las -8.600 solicitudes a las -8.000. También en Reino Unido se publican las minutas de la última reunión del Banco de Inglaterra, que no deberían aportar demasiada volatilidad al mercado, no obstante, permaneceremos atentos a la tendencia que toma la nueva dirección del Banco de Inglaterra. La principal cita del día será a las 16:00 hora española con el inicio de la comparecencia de dos días del presidente de la FED, Ben Bernanke, ante el Congreso de los Estados Unidos, donde dará explicaciones sobre la situación económica y monetaria del país.
Parece complicado que la FED siga manteniendo el equilibro entre la retirada de los estímulos monetarios a la economía y la estabilidad en los precios de los activos financieros, los mercados comienzan a detectar cierta incertidumbre. Los factores de riesgo, aún a día de hoy, pese a ser numerosos (retirada del QE3, inestabilidad política y económica en Europa, desaceleración de las economías emergentes, sobrevaloración de algunos mercados de renta fija...) no terminan de reflejarse en los precios de la renta variable, especialmente en la estadounidense, lo cual invita a un optimismo nervioso y a permanecer vigilantes ante posibles cambios de sesgo.