Una semana clave se inicia para los mercados, con la reunión de política monetaria de la Reserva Federal (Fed) prevista para el martes y miércoles. Al cabo de la misma, se espera que, después de nueve años y medio, el organismo comience un ciclo de alzas de tipos de interés, que se mantienen desde diciembre de 2008 en un rango de 0 a 0,25%.
Esta situación ha generado un alza del dólar desde mediados de 2014, y se intensificó a partir de octubre de ese año cuando la Fed abandonó sus planes de estímulo a la economía, que inundaron los mercados de dólares.
Así, el euro cayó desde 1,40 a 1,0460, el mínimo del año hasta el momento, el yen llegó a un mínimo desde 2002, y el petróleo cedió desde 110 dólares hasta los 35,80 actuales, que acaba de tocar, en un escenario dramático para esta materia prima. Igual suerte corrieron el oro, la plata, el platino y el cobre entre los metales, y todas las oleaginosas, impactando de lleno en las economías de los países latinoamericanos.
Y si el dólar se fortaleció como lo hizo ante la presunción de un movimiento de tasa, cabe imaginar que sucederá cuando este efectivamente tenga lugar, y comience a ampliarse la brecha entre el mismo y el resto de las divisas. Con el Banco Central Europeo (BCE) en pleno plan de inyección de fondos, que acaba de ampliar en varios meses, con el Banco de Inglaterra (BoE) que mantiene sin cambios mes a mes su plan de compra de bonos, y con el resto de los bancos centrales en época de recorte de tipos, a la divisa norteamericana no le queda más camino que crecer.
Claro que este movimiento probablemente no sea lo acelerado que fue el anterior, que se detuvo en agosto pasado, luego de la crisis de la Bolsa de China. De hecho, estamos asistiendo a una corrección bajista del dólar en varios frentes, y solo el petróleo parece no encontrar piso en su caída. Para ello contribuye una sobre oferta de crudo, que parece incluso alentada por algunos países productores del mismo.
La sesión americana del lunes no ofrecerá cambios importantes. Solo la apertura de la sesión americana podría ofrecer algún impacto en los precios del dólar, que incluso podría continuar a la baja durante el resto de la sesión.
Pero también podría extenderse la baja del petróleo, que ha hecho trastabillar a sus monedas vinculadas. El dólar canadiense, por caso, se encuentra en un mínimo de 11 años, mientras el peso mexicano bate su propio record desde 1993 día a día desde la semana pasada.