El dólar australiano y el dólar neozelandés se hundieron a raíz de la fuerte presión de venta en medio de los decepcionantes datos económicos de China. El «Aussie» cayó casi un 1% hasta 0,7160 frente al dólar, el nivel más bajo desde principios de noviembre, mientras que el Kiwi cedió más del 1,10 %, ya que alcanzó los 0, 6780 dólares. En general, los inversores huyeron de los activos de riesgo y se refugiaron en monedas refugio como el yen japonés. Curiosamente, el franco suizo cayó 0,25% frente al dólar, lo que sugiere que la reciente desaceleración en el crecimiento económico de Suiza hace que el franco suizo sea menos atractivo.
El último lote de datos de la segunda mayor economía del mundo mostró debilidad, lo que sugiere que la recesión se está profundizando. Sin embargo, la guerra comercial en curso entre los EE. UU. y China es, sin duda, parte de la ecuación. Las ventas minoristas chinas cayeron por debajo de las expectativas, ya que aumentaron sólo el 8,1 % interanual en noviembre, sin poder alcanzar las estimaciones de 8,8 % y por debajo del 8,6 % de octubre. Del mismo modo, la producción industrial no igualó el pronóstico, ya que se situó en el 5,4% interanual en comparación al 5,9% anterior y lejos de las previsiones. En general, parece que la combinación de confianza vacilante del mercado, gracias a los ataques implacables de Donald Trump contra China, junto con la desaceleración económica en curso en dicha nación debido al proceso de normalización que está en marcha - es decir, el cambio hacia un crecimiento generado internamente en lugar de uno generado por las exportaciones - ha perjudicado significativamente al sector industrial de china.
En el lado positivo, el conflicto entre Xi Jinping, y El Donald ha visto una mejoría apreciable últimamente dado que la tregua de 90 días les da a ambas partes un soplo de aire fresco. Por ahora, los inversores siguen nerviosos en el contexto de unas condiciones tumultuosas del mercado financiero y la tensa situación geopolítica. Simplemente no es el momento adecuado para mantener los activos de riesgo.