Theresa May hizo todo para lograr la estabilidad de la divisa británica, mostrando su confianza en la ruta seleccionada. El Tribunal Supremo del Reino Unido decidió hacer sus propios ajustes. La situación con Brexit algo parece a las épicas elecciones presidenciales en los Estados Unidos. Cuando la paridad está tan cerca, no habrá caminos fáciles. El referéndum sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea tuvo lugar en junio de 2016. Un poco más de la mitad de los ciudadanos del Reino Unido, es decir, 51,89% estaban a favor de la salida del Reino Unido de la UE.
Por lo general, el gobierno británico no requiere la aprobación del Parlamento, pero Brexit más bien es una excepción. Permítanme recordarles que 8 de los 11 jueces votaron para que el Parlamento aprueba las acciones de Theresa May. El mercado ya ha reaccionado a esta noticia con un poco más de 100 puntos de la disminución de la libra frente al dólar. A pesar de la corrección que obtuvimos, ya empezaron a difundirse opiniones de que las posiciones largas de la libra se agotaron hasta el mes de marzo.
Vale la pena señalar que los oponentes del Brexit, tales como Escocia, Gales e Irlanda del Norte, no tomarán parte en el proceso de negociación en poner en marcha el artículo 50 del Tratado de Lisboa, ya que su participación en el proceso podría provocar el segundo referéndum.
El factor negativo en este caso para la libra esterlina es la incertidumbre, ausencia de la única idea entre la élite británica y la falta de comprensión de cómo tiene que ser el Brexit. Theresa May ha subrayado en repetidas ocasiones que el Brexit va a ser "duro". No obstante, ahora está claro que el Parlamento hará todo lo posible para mitigarlo, yendo a las concesiones con la UE. ¿Cuál será el resultado de estos acuerdos? Lo sabremos pronto.