Los principales bancos centrales revisaron el viernes su poder de fuego preparándose para cualquier turbulencia que podrían provocar las elecciones que se celebrarán en Grecia, y entre ellos el Banco Central Europeo insinuó un recorte en la tasa de interés y su par inglés se mostró listo para abrir sus arcas.
Las tensiones respecto a cómo manejar la crisis de deuda de la zona euro -crisis caracterizada por la quiebra de Grecia y la necesidad de ayuda internacional- se han intensificado, y un extraño enfrentamiento se produjo entre Alemania y Francia, las dos potencias que suelen luchar por mantener unido al bloque.
La canciller de Alemania, Angela Merkel, criticó el viernes la situación de la economía de Francia, en un tiro por elevación a su presidente, Francois Hollande, que ha exigido poner más énfasis en el crecimiento económico y menos en la austeridad presupuestaria.
La sensación de crisis era real. “Debemos hacer todo lo que sea posible para impedir que se desintegre la zona euro”, dijo en televisión el primer ministro holandés Mark Rutte.
El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi -uno de los muchos que se preparan para los probables problemas tras la votación del domingo en Grecia-, dijo que el banco estaba listo para actuar y financiar a cualquier banco viable de la zona euro que entre en problemas.
El funcionario pintó un cuadro de una economía que se deteriora sin riesgo de inflación, condiciones ambas para un alivio monetario.
“Existen serios riesgos a la baja”, dijo Draghi en una conferencia anual de observadores del BCE en Fráncfort, dos días antes de una votación griega que podría colocar a Atenas en un sendero de salida de la zona euro y agitar nuevas turbulencias en los mercados financieros.
“Este riesgo tiene que ver más que nada con un aumento de la incertidumbre”, agregó.
En tanto, el principal diplomático financiero japonés, Takehiko Nakao, advirtió de que las autoridades en Tokio responderán a movimientos cambiarios indeseables en forma apropiada, una clara amenaza de intervención si la búsqueda de un refugio seguro provoca una fuerte apreciación del yen.
Su advertencia fue un eco del fuerte compromiso del Banco Nacional Suizo que el jueves dijo que haría todo lo que fuese necesario para proteger al franco suizo ante una apreciación abrupta y repentina.
Tras la oferta de préstamos a bancos por 100.000 millones de libras esterlinas (155.000 millones de dólares) que hizo el jueves junto con el Gobierno británico, el Banco de Inglaterra dijo que comenzarán la próxima semana con un costo de sólo el 0,75 por ciento.
En Estados Unidos, Lael Brainard, subsecretaria del Tesoro para Asuntos Internacionales, aseguró que Washington tiene una “caja de herramientas” y estaba listo para preservar la confianza del mercado.
“Todo el mundo está bien preparado para trabajar en conjunto para asegurar que haya un camino que sea sustentable para Grecia y refuerce la confianza de forma más amplia”, dijo a la prensa la subsecretaria.
APRESTÁNDOSE
Funcionarios del G-20, cuyos líderes se encontrarán en México la próxima semana, dicen que varios bancos centrales se preparan para tomar medidas de estabilización de los mercados financieros, si es necesario, ofreciendo liquidez y evitando un mayor ajuste del crédito.
El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, convocó a una conferencia telefónica el viernes por la tarde con los líderes de Alemania, Francia, Italia y Gran Bretaña, oficialmente, para discutir los preparativos de la cumbre del G20, donde se prevé que predomine el tema de la crisis de la deuda de la zona euro.
Dependiendo de la profundidad de cualquier turbulencia, se podría sostener el lunes o el martes un encuentro de emergencia de ministros del Grupo de los Siete países más desarrollados durante la cumbre en Los Cabos (México), dijeron fuentes.
El foco ahora está puesto en la repetición de las elecciones generales de Grecia el domingo, una votación muy reñida en la que podrían ganar los partidos que prometen romper con la estricta austeridad económica que impusieron la UE y el FMI como condición para un rescate para el Estado griego, que está al borde de la quiebra.
Tal resultado haría que Grecia caiga en el incumplimiento de pagos y posiblemente salga de la zona euro, una perspectiva que podría socavar la fe en todo el bloque monetario y aumentar la presión sobre las finanzas de economías más grandes como Italia y España.
El costo del endeudamiento de España superó el 7 por ciento el jueves, un nivel considerado como insostenible. El viernes bajaba levemente y las acciones europeas y el euro avanzaban por las expectativas de una respuesta de los bancos centrales globales.
“En el mejor de los casos, tendremos una situación extremadamente seria el lunes”, dijo a los periodistas el ministro de Finanzas de Suecia, Anders Borg.
“Con toda probabilidad, cualquiera sea el resultado, habrá un gobierno al que le costará cumplir los acuerdos que ellos (los griegos) han firmado”, agregó.
En Atenas, la elección se veía demasiado reñida como para proclamar a un ganador.
Alexis Tsipras, líder del izquierdista SYRIZA y principal opositor al rescate, dijo el jueves que el acuerdo de Grecia con los prestamistas internacionales, que ayudó a hundir a la economía nacional en una recesión, no duraría más allá del fin de semana.
“El memorando de quiebra pertenecerá al pasado el lunes”, dijo en su último acto de campaña Tsipras, que ha surgido rápidamente desde los márgenes de la política griega para desafiar a los principales partidos.
Los líderes europeos, sin embargo, advirtieron de que Grecia no recibirá ninguna ayuda si no cumple con sus promesas. Los funcionarios insinuaron también que Atenas podría recibir más tiempo para lograr sus objetivos fiscales si el nuevo gobierno se atiene a las reformas fundamentales en el programa.
El presidente Hollande advirtió a los votantes griegos respecto a buscar lo que Tsipras ha prometido: un futuro en el euro enterrando el acuerdo de rescate de 130.000 millones de euros (160.000 millones de dólares) que se selló este año.
Hollande dijo en la televisión griega que quería que el país continúe dentro del euro en lugar de revivir su moneda, el dracma.
“Pero debo advertirles, porque soy amigo de Grecia, que si dan la impresión de que Grecia se quiere distanciar de sus compromisos y abandonar todas las perspectivas de recuperación, habrá países en la zona euro que preferirán poner fin a la presencia de Grecia en la zona euro”, enfatizó el presidente francés