Es de esperar que el deterioro de la actividad doméstica predomine sobre el mayor relajamiento de las condiciones monetarias derivado de la depreciación cambiaria.
La menor expectativa de crecimiento para este año en un entorno de inflación dentro del objetivo mantiene el espacio para un recorte de la tasa en septiembre.
De tal manera que será clave observar la valoración del crecimiento económico que haga Banxico y su ponderación en relación a las condiciones monetarias.
En un entorno financiero influido en buena medida por la expectativa en los mercados de que la Reserva Federal comience a reducir la velocidad en la compra de activos en los próximos meses, consideramos que el tono del comunicado del próximo viernes se tornará más relajado ante el deterioro de la actividad doméstica y una inflación que se reduce de acuerdo con las expectativas del banco central y que está cerca de situarse dentro del intervalo alrededor del objetivo.
Los datos más recientes señalan que la caída de la actividad se mantendrá durante el segundo trimestre como consecuencia de la inusual caída del gasto público en los primeros cinco meses del año (-5.0% a/a) y la fuerte reducción de la producción industrial en abril (-2.1% a/a) tanto en su componente de exportaciones manufactureras y no manufactureras, como en el de la inversión pública que ha llevado a terreno negativo la actividad de la construcción (-4.3% a/a). Esta tendencia a la baja de la actividad tiene lugar en un entorno de inflación que se reduce de acuerdo con las expectativas de Banxico. El desvanecimiento de los choques de oferta ha permitido que la inflación se ubique en 4.09% y se espera que se mantenga por debajo de 4.0% a partir de la primera quincena de julio. Por otro lado, la inflación subyacente a alcanzado sus niveles históricamente más bajos, situándose en 2.79%. Hacia delante, si bien se espera una recuperación del gasto público y de la demanda externa proveniente de EEUU en la segunda mitad del año, se espera que esto no sea suficiente para ubicar el crecimiento por arriba del crecimiento potencial.
Este contexto y la comunicación del banco central nos llevan a mantener la perspectiva de recorte de la tasa monetaria en septiembre. En concreto, la mayoría de los miembros de la junta de gobierno se ha expresado por lograr la convergencia de la inflación al objetivo con el mínimo de costos en términos de actividad. De tal manera que será clave observar la valoración del crecimiento económico que haga Banxico y su ponderación en relación a las condiciones monetarias, las cuales se han relajado resultado de la reciente depreciación cambiaria. En este sentido, el tono que imprima Banxico en la comunicación de su decisión, las minutas y el pronóstico de crecimiento que dé a conocer en el reporte de inflación de agosto serán claves para confirmar la posible reducción de tasa.
Un cordial saludo,
BBVA Research