Pocas operaciones han tenido tan buen rendimiento como los largos de oro bajo el mandato de Bernanke.
El día de su nombramiento como gobernador de la Fed, que fue el 1 de febrero de 2006, el oro subió 45 centavos y se situó en $569 la onza. Claro que no sabían que todas y cada una de las caídas del oro iban a ir acompañadas de comentarios bajistas por parte del presidente de la Fed más “dovish” de todos los tiempos.
Bueno, todas hasta junio de este año, cuando Bernanke sacó entre sus previsiones el dato de “mejor antes” en la prensa. El oro cayó entonces por debajo del nivel de $1200, y los alcistas se llevaron un buen susto.
Durante todo el verano, sin embargo, el oro se recuperó y marcó $1425 hacia finales de agosto. Bernanke seguía sin apuntar nada sobre la reducción de la QE porque, según él, la economía estaba demasiado débil.
Ahora, el optimismo se ha esfumado y, con él, ha caído el oro. Incluso con la economía en baja forma, la Fed aún no se decide y el oro ha caído $100 en las últimas tres semanas.
Pero el juego no se ha acabado para los alcistas del oro. Bernanke sigue siendo el presidente de la Fed, y lo bueno es que su protegido y también conocido “dovish”, Yellen, será quien ocupe su puesto, según todas las apuestas. Vamos, Ben, un poco más de retórica bajista para los largos de oro…