En el primer número de estos “Cuadernos del mercado” —literalmente el primero de todos— el primer capítulo se titulaba “Las bolsas todavía tienen gasolina”. Fue en el mes de abril de 2017 y recomendaba sobreponderar renta variable, centrándose en Norteamérica. Lo tienen en la hemeroteca de mi web personal.
Desde el día 3 de abril que salió aquel “Cuaderno” hasta el 29 de abril de 2021 que estoy escribiendo este informe, el S&P 500 ha subido un 80 %. Claramente había gasolina, era de buena calidad y, lo más importante de todo: la liquidez —gasolina— sigue sien-do un dato muy importante para prever la evolución futura de cualquier mercado.
Siempre insisto en que las fuerzas que mueven los mercados son pocas, pero son fundamentales para la rentabilidad de una cartera de fondos. Y una de esas fuerzas siempre es la liquidez. La gasolina que mueve los mercados es el dinero, bien el que “fabrican” los bancos centrales, bien el que deciden invertir los inversores en un determinado activo, sector o país. O simplemente el efecto que se produce cuando el dinero sale de un activo y se va a otro. Como dicen los ingleses, “follow the money”.
Que los bancos centrales han llenado el depósito es evidente. Fíjense por ejemplo en los bonos que han comprado en el mercado. Pueden verlo en el gráfico número 1: esa inmensa cantidad de bonos se ha pagado con dinero de los bancos centrales, que así han entrado en el sistema financie-ro. Y mucho de ese dinero saldrá de los bonos —renta fija— e irá a renta variable.
Gráfico n.º 1: Inyección de liquidez de los bancos centrales
El gráfico nos muestra que:
1. Nunca se había inyectado tanto dinero.
2. Mucho de ese dinero está todavía en bonos.
3. Según pierdan atractivo los bonos, tendrá que buscar mejor destino.
El atractivo, los bonos lo han perdido ya. Y lo perderán todavía más cuando los bancos centrales dejen de comprar. Es la ley de la oferta y la demanda: si del mercado se retira el mayor comprador —los bancos centrales—, los precios, en este caso de los bonos, bajan. Veremos a todos los gestores de planes de pensiones internacionales y gran-des compañías de seguros buscando alternativas.
De hecho, ya está ocurriendo. De qué si no sube ahora la bolsa europea, cuyas empresas no son líderes digitales ni nada por el estilo. Pero resulta que tradicionalmente las empresas europeas pagan un buen dividendo y los inversores institucionales ya han empezado a sustituir bonos que no pagan cupón alguno y que ahora han dejado de ofrecer plusvalía por acciones de empresas que pagan dividendos altos y estables.
Uno de los éxitos de una buena gestión de una cartera de fondos será, a partir de ahora, identificar hacia dónde va esa gasolina que sale y seguirá saliendo de los bonos. Es sin duda uno de los objetivos del equipo de análisis de Nextep.
Pero el depósito de gasolina de las bolsas no se limita al dinero que han inyectado los bancos centrales y concretamente al que irá saliendo de los bonos. También puede venir del ahorro de los particulares.
Como consecuencia de los confinamientos, la gen-te ha reducido el nivel de consumo. Y lo han hecho hasta tal extremo que el mundo acumula 5,4 billones de dólares (que serían “trillones” en terminología anglosajona) de ahorro extra sobre la media de lo que ahorra normalmente la gente.
Esto significa que los hogares han acumulado un 6% del PIB mundial en forma de ahorro desde que se inició la pandemia. La información es de la agencia Moody’s y en el gráfico n.º 2 la vemos distribuida por países.
Gráfico n.º 2: Ahorro adicional de los hogares sobre el mismo periodo de 2019
Fuentes: Moody's (NYSE:MCO) y FT
Como es lógico, el incremento mayor se produce en Estados Unidos, que es don-de las ayudas han sido mayores y encima le han llegado a la gente sin excepciones y en forma de cheque de parte del gobierno, remitido directamente al domicilio.
Pero lo importante es el dato global: hay 5,4 billones de dólares que irán en su mayoría al consumo, puesto que la gente tiende mucho más a consumir que a invertir. Pero con que una pequeña parte —digamos que por ejemplo un 10 %— fuera a la inversión, ya serían unos cuantos litros más que añadir al depósito de gasolina de las bolsas, puesto que en los países económicamente más avanzados es habitual que una parte de la inversión se dedique a la renta variable. Y sobre todo ahora que la renta fija no aporta ni cupón ni plusvalía.
Finalmente, pero no menos importante, las condiciones de financiación. Las tienen en el gráfico número 3.
Gráfico n.º 3: Condiciones financieras en EE.UU.
Fuente: Bloomberg
La idea es muy sencilla de entender, porque todo el mundo entiende el concepto de financiación. Podemos ver que el coste actual de financiar cualquier proyecto, cualquier compra o cualquier inversión, no había sido tan bajo desde el año 1995. Que se dice pronto.
Esto afecta a las bolsas. Los particulares que invierten en bolsa no suelen hacerlo “apalancados” (pedir dinero prestado para invertir), pero sí que lo hacen los grandes “hedge funds”, que son los que mueven más dinero. Y nunca les ha salido tan barato hacerlo y de forma “apalancada”.
Normalmente nos enteramos de la cantidad de dinero que mueven los “hedge funds” cuando cometen errores y lo pierden. El ejemplo más reciente lo hemos visto en el fondo “Archegos”, que ha hecho tambalear las cuentas de varias importan-tes instituciones financieras. Eso nos da una idea de lo importantes que son para el mercado. El gráfico número tres nos muestra hasta qué punto tienen capacidad de aportar gasolina adicional al de-pósito bursátil.
La conclusión es que probablemente tengamos incluso más gasolina que cuando revisamos el depósito en abril de 2017. La “mala noticia” la explicamos en el siguiente capítulo.