La séptima economía más grande del mundo y la mayor latinoamericana se encuentra atravesando una etapa de grandes cambios políticos a la par de un contexto externo que comienza a vislumbrarse negativo.
El real se depreció casi un 13% en 2014, una cifra poco menor al promedio si la comparamos con otras monedas de la región como el peso chileno (14,4%), El nuevo sol peruano (7,50%), el peso uruguayo (14,07%) y el peso colombiano (24,79%). Sin embargo, si observamos de cerca encontramos que el real se depreció rápidamente a partir de septiembre: 19,4% en los últimos cuatro meses.
Ahora bien, ¿cuáles son las causas detrás de este movimiento? El valor de una moneda depende principalmente de dos grandes actores: el mercado y el gobierno. Dentro del primero se pueden categorizar dos componentes bien diferenciados. Por un lado, el componente financiero que empuja la demanda o la oferta de divisas en función de la rentabilidad esperada de los activos denominados en moneda local vs. la rentabilidad esperada en activos denominados en “cualquier” otra moneda.
Este efecto se puede observar en la entrada/salida de capitales. Por otro lado, el componente comercial que afecta el stock de divisas disponibles en función de la evolución del comercio exterior (exportaciones e importaciones).
Finalmente, llamo actor “gobierno” a la intervención del Banco Central en el mercado cambiario que afecta la demanda o la oferta de divisas en función de la política monetaria y los objetivos establecidos. Veamos qué es lo que está sucediendo con cada uno de estos componentes.
Componente financiero
La salida de capitales de Brasil resulta un tema muy preocupante. En octubre pasado, la fuga fue la más alta desde 1997 con una pérdida de más de 5.000 millones de dólares. Si observamos la evolución de la bolsa brasilera, el índice Bovespa cerró el 2014 con una caída del 4,8% anual o un impresionante 20,8% desde septiembre.
Componente comercial
Las exportaciones de Brasil dependen principalmente de tres commodities. La soja representa el 18,30% del total de las exportaciones; los metales (fundamentalmente minerales de hierro), el 13,80%; y el petróleo y sus derivados, el 10,40%.
En conjunto tienen un peso de más del 40% en la entrada de divisas por comercio exterior. El siguiente gráfico muestra la evolución de los precios de estos tres commodities en 2014:
El fortalecimiento del dólar a nivel mundial tiene su contracara en la caída de precios de los principales productos exportados por Brasil. En especial, la “guerra de precios” en el mercado petrolero generó una caída de casi un 42% en el precio del barril. De no mediar un alza en el valor de estos commodities en 2015, Brasil estará enfrentando un déficit comercial de poco más de 19.000 millones de dólares.
Componente Gobierno
Decididamente el contexto externo para el 2015 no será favorable para los países latinoamericanos, en especial para Brasil. El fortalecimiento del dólar y la caída en el precio de los commodities mantendrán fuertes presiones al alza del tipo de cambio. Y todo esto dentro de un escenario en el que las tasas de interés en dólares se encuentran en cero. Un físico podría definirlo como la acumulación de una enorme cantidad de energía potencial a punto de liberarse. En simples palabras, se está gestando un hervidero cuyo único camino es la explosión de vapor. Bajar o apagar la llama hoy es imposible.
En este contexto, ¿qué capacidad y qué voluntad tiene el gobierno brasilero para mantener al valor del real? Con más de 350.000 millones de dólares de reservas internacionales, Brasil se encuentra en una buena posición para enfrentar una posible crisis. Sin embargo, el Banco Central de Brasil redujo recientemente la oferta diaria de dólares al mercado de 200 a 100 millones. Una política cambiaria como ésta sólo puede tener de correlato un dólar más caro.
En conclusión…
En conclusión, Brasil (y por supuesto, el resto de Latinoamérica) debe enfrentarse a un adverso escenario internacional que puede agravarse enormemente dependiendo de la política monetaria de la Fed. La economía más grande de América Latina cerró el año con una moneda sensiblemente más débil, un mercado accionario fuertemente golpeado durante los últimos meses y un nivel de inflación que genera preocupación. Las tensiones entre el ámbito local y el contexto internacional se harán muy presentes durante 2015.