Hoy me ha preguntado el primo de mi vecino (no va con segunda intención…), si es necesario y útil, para progresar tanto en nuestra vida como en nuestra operativa bursátil y en nuestro trading, definirse y marcarse OBJETIVOS.
Igual que viene a ser cierto ese aforismo que dice que "no hay viento favorable para quien no sabe a dónde va o hacia dónde se dirige", también lo es que, si no tenemos predefinidas unas metas, un propósito, un fin que queremos y deseamos alcanzar, nos resultará luego mucho más difícil conseguirlo.
Hay que tener siempre un "por qué" o un "para qué" y después, ya debemos asumir la responsabilidad, el esfuerzo y el compromiso de tratar de encontrar el "como".Es vital detenerse siempre unos minutos para tratar de definir qué es lo que pretendemos cuando vamos a emprender algo, cuando vamos a realizar alguna actividad importante, o cuando por ejemplo, vamos a comenzar a operar y a invertir en los mercados financieros.
Es una de las primeras cosas que preguntamos a los alumnos que contactan con nosotros para formarse: "¿Cómo fue tu acercamiento a este mundo del trading?", y "¿Para qué quieres hacer trading, cuál sería tu meta, tu propósito… tu objetivo?".
Habrá y hay quien lo haga por obtener una rentabilidad adicional a sus ahorros, quien quiera obtener una fuente complementaria de ingresos, quien quiera hacer de ello su medio de vida, quien simplemente tenga curiosidad y desee llenar su tiempo libre y experimentar.
Todo es válido y todo puede ser posible, pero cuanto más claras tengamos nuestras ideas acerca de qué es lo que queremos realmente lograr, menos cuesta arriba se nos hará nuestro camino, y más comprometidos estaremos a focalizarnos y a dedicarnos con fuerza a ir a por ello...
Porque no vale con tener solamente una idea, un propósito, un sueño o un objetivo: hay que comprometerse luego a trabajar para lograrlo. Predefinirlo, saber donde queremos llegar, qué es lo que nos gustaría alcanzar, pero por desgracia, no vale simplemente con “visualizarlo”, ni con “imaginárnoslo”, ni con desearlo, ni con insistir en que “nos lo merecemos”.
Hay que “moverse”, pasar a la acción, dar ese primer paso que nos lleve adonde previamente hayamos decidido que queremos ir o hacia lo que queramos lograr. Saber cuál es nuestro objetivo, nuestro "por qué" o nuestro "para qué", y buscar el modo de encontrar nuestro “como”, pero pasando a la acción, ejecutando decisiones y acciones.
Literalmente, un objetivo es el fin último al que se dirige una acción u operación. Es el resultado o sumatoria de una serie de metas y procesos. Una persona puede identificar un objetivo, cuyo logro considere importante, y después, debe ser capaz de describir o llevar a cabo las acciones que puedan representar la consecución de éste…
Cada persona es un mundo. Por consiguiente, cada trader, también. Y tendrá diferentes modos de definir sus metas y sus fines que desee lograr. Pero muchas veces, hay gente que se queda”tocándolo con los dedos”, por no haberlos sabido predefinir o determinar previamente. Por ser demasiado cobarde, o demasiado ambicioso, o poco planificador y previsor o…
Hay muchas maneras, pero una de las formas de definir nuestros objetivos de un modo inteligente (tanto en nuestra vida como en nuestro trading), sería el modelo SMART.
¿Qué son los objetivos SMART?
Los objetivos SMART son objetivos eficaces o inteligentes, que ayudan y orientan a que sigamos unas pautas determinadas, para definirlos correctamente y que de este modo, nos ayuden a alcanzar lo que deseamos.
¿Qué necesita un objetivo para ser eficaz?
Para que un objetivo sea eficaz debe seguir estos requisitos:
- ESPECÍFICO (Specific): El objetivo debe ser lo más concreto posible. Cualquier persona que fije o determine su objetivo debe saber qué es exactamente lo que pretende hacer y buscar como hacerlo.
Exactamente igual aplicado al trading: saber qué se quiere lograr: una rentabilidad superior para nuestros ahorros, aprender a gestionarlos, mejor calidad de vida al obtener una nueva fuente de ingresos, una actividad a tiempo completo, un desarrollo personal, acompañado de una mejore económica… Y luego, después de saber ese “porqúe” específico, ocuparnos de buscar el como, dedicarnos a ello.
-MEDIBLE (Measurable): El objetivo debe ser medible, por lo que ha de ser una meta cuantificable. En algunos casos es complicado pero debe poder ser medible para poder analizar nuestras estrategias.
Y aplicado al trading, asumir que habrá que ir poco a poco, sin prisas, pero sin pausas, “ganándonos el derecho a aumentar el número de contratos con los que operamos”, y con constancia.
-ALCANZABLE (Attainable): El objetivo debe ser todo lo ambicioso que deseemos, pero que aunque suponga un auténtico reto para nosotros, y que vaya a exigir (como el trading) lo mejor de nosotros mismos, sea también posible.
Y dándonos la posibilidad de reajustar los objetivos si hay cambios en el entorno, o si tenemos menos tiempo o varían nuestras circunstancias personales.
-REALISTA (Realist): Debemos tener objetivos dentro de nuestras posibilidades (tanto por nuestros recursos disponibles, como por nuestra motivación por lograr dicho objetivo).
No se puede nadie acercar al trading con objetivos irreales, o pretender saberlo todo en 1 semana o en 1 mes de operativa, o doblar su dinero y su cuenta en poco tiempo, o intentar convertir una cuenta de 100 usd en un yate, o hacerse rico de la noche a la mañana. Esto es trading, pero “esto” no va de eso...
-TEMPORAL (Timely): Hay que tener establecido una línea de temporal, cada objetivo debe estar definido en el tiempo, ya que nos ayudará a marcar las distintas etapas que nos permitirán llegar a la meta propuesta, al objetivo perseguido.
Por eso también por ejemplo insistimos siempre desde aquí en hay que dedicarle energía, tiempo y ganas, pero no estar todo el rato por ejemplo posponiendo la decision de comenzar a operar en real y tirarse demasiado tiempo en simulado, o demasiado tiempo procrastinando y dejando las cosas para el día o la semana siguiente.
(Por supuesto, después de aprender nuestro sistema de trading, el que sea, estar el mínimo tiempo posible simulando o con cuenta demo, pero al pasar a la cuenta real, para experimentar de verdad todo lo que supone operar e invertir, hacerlo desde la plataforma de nuestro broker, pero inicialmente siempre con minilotes o microlotes, y así, aprenderemos como se debe aprender, en real, pero sin arriesgar ni nuestra salud, ni nuestro capital).
Con todo esto, podemos preguntarnos: ¿Es tu objetivo actual inteligente?
¿Es un objetivo, específico, medible, alcanzable, realista y acotado en el tiempo? Si tu objetivo no cumple estas 5 premisas no es un objetivo eficaz (según el método SMART).
Y reiteramos de nuevo que los deseos, sin decisiones, sin acciones, sin ejecución de las mismas, y sin actuaciones, por desgracia, se quedarán simplemente en algo etéreo, fruto de nuestra ensoñación
Nadie vendrá a hacerlos realidad si no empezamos a ocuparnos, a aprender, a formarnos, a dedicarnos a ello con las suficientes energías y los suficientes medios personales, economicos, temporales…
La materialización de esos objetivos en futuribles realidades, depende y dependerá exclusivamente de nosotros.
La actitud es necesaria, por supuesto, pero si no tenemos la aptitud y ejecutamos los pasos y los actos necesarios para poner todo eso en práctica, no conseguiremos avanzar hacia donde queramos llegar, y encima, terminaremos frustrados y echando la culpa al entorno, a los demás, al Gobierno, a los mercados, a la mala suerte…
Unas veces será el viento favorable para nuestra nave, y otras irá en nuestra contra, pero tenemos qué tener claro hacía donde nos queremos dirigir, y después de ello, definir y trazar un plan, y una serie de acciones que nos acerquen más, “remangarnos” y empezar a movernos.
Por desgracia, nadie va a venir a darnos nada (por mucho que creamos que somos merecedores de ello o no), y nadie va a remar por nosotros, para acercarnos a nuestra orilla.
Hemos de obligarnos a aprender, y a no dejar de hacerlo nunca, y sobre los mercados (sobre cómo operar y movernos por ellos), y sobre nosotros mismos (sobre cómo comportarnos), y asumiendo siempre precisamente que “aprender es como remar contra corriente, en cuanto se deja, se retrocede…”.