Debatir sobre la posible subida de tipos de interés en en EE.UU. obliga a temer su impacto en los mercados emergentes.
¿Está vez no ocurrirá? Al final, ya antes de que la Fed cambiara el sesgo de la política monetaria en la última parte de 2014, eran evidentes las tensiones en los mercados financieros emergentes. Pero el factor cualitativo diferencial sobre su gravedad fue China. La caída de la moneda china el verano pasado fue el primer aviso, seguido de la incertidumbre económica a principios de este año.
¿Es el CNY el culpable? Lo cierto es que es el mejor indicador de la existencia de desequilibrios en la economía china que han ido aflorando con el propio proceso de liberalización financiera llevado a cabo por sus autoridades en los últimos años.
En el último Boletín Económico del Banco de España se incluye un interesante artículo que aborda precisamente el proceso de liberalización financiera interna y externa del país. Un proceso muy avanzado en términos de liberalización interna (libertad en tipos de interés de activo y pasivo de la banca, con un fondo de garantía de depósitos) con la excepción de la posesión pública en la propiedad de los grandes bancos chinos. Por lo que respecta a la liberalización financiera externa, se ha avanzado mucho pero con las autoridades chinas aun manteniendo un cierto control en los movimientos de capital.
En un proceso de liberalización financiera, intentar controlar el tipo de cambio y el tipo de interés resulta francamente complicado. Especialmente cuando hay problema de fondo en términos de ajustes (deuda) o de crecimiento. Algo de esto le ocurre a China en estos momentos.
Al final, la economía china necesita tiempo para profundizar el cambio de modelo de crecimiento.
Sus mercados necesitan tiempo, para ajustar los desequilibrios como el nivel alto de deuda privada y la excesiva dependencia del crecimiento enfocado en crédito.
Y posiblemente también necesita mantener, sobre todo lo anterior, una elevada competitividad exterior que amortigüe el ajuste de la sobrecapacidad de producción actual.
Con estas premisas encima de la mesa, el objetivo de Estabilidad financiera que tanto defienden los principales bancos centrales adquiere una dimensión diferente. Más global. ¿No lo ven así?