Con el fin de estimular el uso mundial del yuan (la moneda china), el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco Popular de China acordaron una línea de intercambio bilateral de euros y yuanes durante tres años. Aunque el objetivo es que sirva de apoyo, el tratado también tiene una importancia simbólica que representa el incremento del comercio entre países de la Eurozona (en especial Alemania) y China. No hay que perder de vista que el gigante asiático es el segundo socio comercial de la Unión Europea con transacciones diarias que ascienden a los 1.000 millones de euros.
La línea de intercambio permite a la entidad europea acceder a un máximo de 350.000 millones de yuanes mediante esta línea swap. A cambio, el Banco Popular de China accederá a 45.000 millones de euros. Será la tercera más grande de China, luego de sus acuerdos con Hong Kong y Corea del Sur. Asimismo mantiene convenios similares con el Reino Unido, Australia y Brasil. “El acuerdo se ha establecido en el contexto de un comercio bilateral que crece con rapidez y en el de inversiones entre la Eurozona y China. También surge cuando hay necesidad de asegurar la estabilidad de los mercados financieros”, dijo el BCE en un comunicado. El acuerdo funcionará como un mecanismo de respaldo de provisión de liquidez, así como una manera de asegurar a los bancos de la Eurozona el aprovisionamiento continuo de yuanes.
En lo que respecta al acuerdo, este tiene un doble objetivo: por un lado, promover el uso internacional de la moneda China; por el otro, facilitar el comercio y la inversión.
En este último tiempo, el yuan es cada vez más importante para los inversionistas. De acuerdo a las cifras de la compañía de pagos Swift, Londres se consolida como el centro para la comercialización de la divisa por fuera de China. Su participación del mercado por fuera de Hong Kong pasó de 54% en enero a 62% este mes.