Invertir en acciones de banca no ha sido una opción muy popular esta última década. Y la lógica de la indiferencia de los inversores tiene sentido. Tras la crisis financiera de 2008, los bancos permanecieron bajo un estricto control reglamentario, lo que los obligó a concentrar toda su atención en arreglar sus balances contables y evitar prácticas de préstamos arriesgadas. A consecuencia de esto, durante la última década, el índice índice bancario KBW, de referencia para las acciones bancarias, se ha situado un 8% por debajo del S&P 500.
Además, el flujo de malas noticias en el sector bancario no terminó ni siquiera después de los apocalípticos acontecimientos de 2008, a causa de la avaricia y las malas decisiones crediticias. Desde el descubrimiento de los fraudes de cuentas de Wells Fargo (NYSE:WFC) que revelaron la existencia de millones de cuentas falsas, hasta el papel de Goldman Sachs (NYSE:GS) en el reciente escándalo de corrupción en Malasia, ha habido un constante flujo de noticias negativas en este sector que ha mantenido a los inversores al margen.
Pero este pesimismo y desconfianza en torno a las acciones bancarias no significa que los inversores deban meter todos los nombres en el mismo saco. Las acciones de algunos de los mayores prestamistas han ganado mucho atractivo tras años de esfuerzos, en el marco de un entorno regulatorio de reestructuración más sólido. En este ámbito, nos gusta particularmente Citigroup (NYSE:C).
La continua reducción de costes mejora las previsiones de Citi
Si está pensando en adentrarse en este sector, creemos que las de Citigroup son unas de las mejores acciones bancarias para comprar ahora mismo. Basamos nuestro optimismo en la constante reducción de costes de la entidad crediticia durante la última década y el requilibrio de su cartera. Estos esfuerzos están comenzando a dar sus frutos y el banco está observando una mejoría en sus ingresos y resultados, ayudado por la fuerte economía, la bajísima tasa de desempleo y el elevado nivel de gasto de los consumidores de Estados Unidos.
Tras atravesar una fuerte corrección durante el último trimestre de 2018, las acciones de Citigroup vuelven a ser competitivas, subiendo un 24% este año, en torno al doble de las ganancias del índice bancario KBW, que subió un 13% en este período. Las acciones subieron un 3,4% el lunes, y apenas registraron variaciones ayer, cerrando en 64,42 dólares.
En este contexto macroeconómico mejorado, el éxito del director ejecutivo Michael Corbat, que ha conseguido reducir de forma constante los costes durante la última década, ha sido clave a la hora de mejorar el estado del prestamista. Estos esfuerzos se reflejan en la rápida mejora del ratio de eficacia del prestamista, o los costes como porcentaje de los ingresos. Este indicador se ha mantenido por debajo del 60% los últimos cuatro años, haciendo de Citi el único banco capaz de mantener una buena racha.
Cuanto menor sea este ratio, mejor será el estado financiero del prestamista, ya que indica cuánto dinero le queda a un banco para cubrir pérdidas en préstamos, dividendos y recompra de acciones.
El informe de resultados del trimestre pasado de Citigroup indicó que el banco está bien posicionado para adaptarse rápidamente si las condiciones del mercado empeoran. En el 4T, cuando sus volúmenes comerciales se redujeron drásticamente, la gerencia estuvo rápida a la hora de recortar el gasto, empezando por un gran descenso de las indemnizaciones. El pago del banco se situó un 14% por debajo del nivel que registrara en el tercer trimestre. Debido a esta flexibilidad, el banco fue capaz de superar las estimaciones de ingresos trimestrales a pesar de una pronunciada caída del 21% en sus operaciones de renta fija.
Otro incentivo para hacerse con las acciones de Citigroup es que el prestamista ha convertido en su principal prioridad el retorno de capital, práctica que fue interrumpida tras la crisis financiera de 2008. Sus dividendos trimestrales están creciendo rápidamente desde 2016. Aumentaron en más de un 40% en 2018, ascendiendo el dividendo trimestral a sus actuales 0,45 dólares por acción, con una rentabilidad por dividendo anual del 2,9%.
En conclusión
En el corto plazo, los obstáculos económicos cada vez mayores observados a nivel mundial podrían desalentar a los inversores en cuanto al riesgo de adentrarse en el sector bancario, cuyo crecimiento está vinculado al estado general de la economía. Pero para los inversores en largo, las acciones de Citigroup son una buena opción, dado el impulso de sus ganancias, sus dividendos de crecimiento y la mejora de la calidad del balance.