Recupera ese valor.
Estamos, y no lo olvidemos nunca, en la zona más afortunada del mundo.
En esa zona del mundo que en la historia ha sido tan devastada por las guerras, por las riñas, por el deseo incontenible de un pueblo de abusar de otros pueblos, que ha decidido decir basta con las guerras. Hablemos, sentémonos en una mesa, tal vez peleemos, pero discutamos.
Se trata de un patrimonio indiscutible de nuestra civilización occidental, que debemos tener en cuenta y defender hasta el amargo final de los ataques de las dictaduras, como aparezcan.
Al mismo tiempo, hemos negociado el derecho a no tener guerras, con una parte de nuestras libertades, acostumbrándonos paulatinamente a una serie de progresivas limitaciones de las mismas. No hablo de las consecuencias de la Covid que, desde un punto de vista histórico, serán pasajeras y, si acaso, nos harán saborear aún más el valor de las libertades fundamentales una vez las hayamos readquirido y podremos enseñar aún más a nuestros hijos y a los nuestros nietos su derecho y deber, junto con nosotros, de defenderlos.
En cambio, me refiero a las limitaciones progresivas de la libertad determinadas por dos factores concomitantes, una consecuencia del otro. El primero es el progresivo endeudamiento de los gobiernos, el segundo es la asfixia burocrática creada por el terror de manejar esa deuda.
Afirmo que lo segundo es consecuencia de lo primero, porque por un lado la burocracia ayuda a tener consentimiento, yo contrato a personas que no producen nada, pero les puedo dar un salario y eso genera un consentimiento implícito. Y por otro lado, ayuda a "controlar" lo que se convierte en asfixia de la libre iniciativa.
La obsesión por el control se convierte en la razón de ser de la burocracia. Lo que, por tanto, se convierte en el verdadero brazo operativo, criminal digo, necesario para perpetuar la prevaricación del Estado hacia los ciudadanos. Es decir, presentar como "normal" el fenómeno de que los gobiernos se sientan autorizados a escudriñar en los bolsillos de los ciudadanos, como si esos bolsillos fueran de su indiscutible propiedad.
Los medios de control no favorecen tanto la transparencia. Cuánto engañan al ciudadano, para que, por parte de las autoridades supervisoras, siempre exista la posibilidad de aplicar el yugo sancionador, única forma de sembrar suficiente terror contra la autoridad del Estado. Terror y falta de respeto, fíjate.
Lo anterior es directamente proporcional al nivel de endeudamiento de los estados individuales e inversamente proporcional a la visión de futuro de la clase política. Aplícala a los ejemplos que te vengan a la mente, incluidos los del país donde vives, encontrarás que las matemáticas de la proporcionalidad encuentran una correcta aplicación, prácticamente en todas partes.