El gobierno de Brasil está luchando contra la corriente y parece estar perdiendo la batalla. Su moneda, el real, continúa depreciándose frente al dólar estadounidense. ¿Por qué? Se da una combinación de factores:
1. La economía brasilera está creciendo a una velocidad más lenta que la que se esperaba: se proyectaba un crecimiento del PBI de 2,77% y estas proyecciones ya se han bajado a 2,53%. Cada vez que comienzan estas revisiones, sólo siguen mayores revisiones hacia la baja.
2. La inflación está creciendo más de lo que se esperaba: en los últimos 9 meses consecutivos, la inflación creció hasta ubicarse en el 6,59% anual, superando el techo objetivo impuesto por el Banco Central de Brasil del 6,5%.
3. La recaudación impositiva está cayendo en Brasil: se estimaba un superavit primario (ingresos del estado mayores a los gastos del estado aunque sin tener en cuenta los pagos de intereses) del 3,1% del PBI y ahora el gobierno estima que será del 2,3% (y los privados dicen que no llegará al 1%).
Sin embargo, todas estas razones tienen que ver con lo que pasa puntualmente en Brasil y no tienen en cuenta otro hecho central: el 22 de mayo la Reserva Federal anunció que estaba evaluando cómo y cuándo ir frenando su intervención en el mercado de bonos (esta intervención es el llamado “Quantitative Easing”, programa con el cual inyectó dólares para empujar las tasas para abajo).
Esta noticia hizo que subieran las tasas de los bonos estadounidenses y que en consecuencia se hiceran menos atractivas todas las monedas de los países emergentes (que tuvieron una caída notable). En el último mes, el Real fue la segunda moneda más afectada, detrás del Rand de Sudáfrica:
¿Hizo algo en gobierno de Brasil frente a esto? Si. Pero los efectos han sido muy limitados. Y luchar contra una tendencia tan fuerte que promete continuar, es una batalla perdida. ¿Qué medidas tomó?
1. Sacó un impuesto del 1% a la venta de futuros de dólar (para “incentivar” a que la gente quiera vender dólares).
2. Bajó un impuesto del 6% al 0% para la compra de bonos brasileros por parte de extranjeros.
3. Subió la tasa Selic al 8% (para hacer más atractivo tener reales).
Los efectos han sido muy limitados. Y de seguro deberá continuar subiendo la tasa Selic para intentar frenar la escapada. Pero todo indica que tendrá subir mucho más esa tasa para torcer la tendencia.
Así se movió el real en lo que va del año:
Empezó el año en 2,04 reales por dólar y ya se encuentra en 2,15 reales por dólar. Pero lo más importante es que la tendencia es alcista. Esto se ve más claro en el siguiente gráfico:
Este gráfico explica mi principal argumento: todos los dólares que ingresaron en Brasil a partir del 2008 (donde vemos la apreciación del real que fue desde 2,40 reales por dólar hasta 1,60 reales por dólar), están ahora saliendo. ¿Por qué? Porque ahora el dólar se hace más atractivo nuevamente en términos comparativos.
Viendo esto, tenemos una consecuencia inevitable para el peso argentino: deberá acelerar la devaluación o perderá competitividad con Brasil.