La semana pasada fue la primera de las ocho últimas en el que la libra esterlina cayó sobre una amplia base ponderada de divisas, después de haberse apreciado más de un 3% en los últimos dos meses. Se tiene que volver a junio de 2009 para encontrar un tramo similar de ganancias semanales en el índice ponderado. Naturalmente, dado que, la zona euro es el principal socio comercial del Reino Unido, una buena parte de esto puede atribuirse a la debilidad del euro, el EUR / GBP se ha movido al alza dentro de este índice ponderado de la libra.
Hay una serie de factores que han representado la fuerza de la libra esterlina, no es una creencia sino un hecho que ha recibido beneficios derivados de la diversificación fuera de la propia moneda única. Otro de los factores ha sido la ausencia de la esterlina como moneda de apetito al riesgo. Para decirlo de otro modo, no es ni el yen, ni tampoco es el dólar australiano. La Libra se encuentra cómodamente sentada en medio de estos dos pares viendo cómo se disputan los miedos de mercado.
Una de las amenazas potenciales a corto plazo sigue siendo el panorama de la inflación. Aunque las expectativas de tipos es que sigan bajando (desde el nivel del 3,5% alcanzado en marzo), ya que ha habido un exceso de esfuerzo consistente en la relajación de las expectativas, en particular las del banco central. Como tal, a pesar de que algunas de las cifras de crecimiento han decepcionado, la creencia de que un menor crecimiento conducirá a una disminución de la inflación se ha visto gravemente demeritada en el Reino Unido en los últimos años. Más allá de estas informaciones habrá que ver los datos de IPC (martes) y las minutas MPC (miércoles), ya que la libra podría tener problemas para beneficiarse de una expectativa de disminución de más QE, y se preocupan más de que el Reino Unido se enfrenta a un problema de inflación a más largo plazo.