Casi podríamos sincronizar nuestros relojes. Cuando el mercado bursátil disfruta de una fuerte racha alcista, las advertencias sobre burbujas salen a la luz. No se trata de menospreciar un debate sano sobre las condiciones de sobrecompra y sobreventa.
Los mercados se extienden hasta los extremos, por supuesto, por lo que no perder de vista los acontecimientos atípicos debería ser productivo, ya que las condiciones actuales proporcionan contexto para estimar los rendimientos esperados.
Pero obsesionarse con los rumores de burbujas también puede conducir a la locura temporal. El truco es encontrar el punto óptimo.
Incluso si pudiéramos diseñar una métrica de vigilancia de burbujas casi perfecta, lo cual es casi con toda seguridad imposible, existe una complicación añadida: ¿hasta qué punto es oportuna? Como dice el refrán, el mercado puede ser irracional durante más tiempo del que usted puede ser solvente.
Pero no tema: adentrarse en esta madriguera puede ser útil si se utiliza con moderación y en contexto con otras herramientas de gestión de carteras.
El objetivo es desarrollar una mayor confianza en el delicado arte de gestionar las expectativas, idealmente basándose en cifras y modelos frente al titular del día.
Siempre es necesario un cierto grado de juicio cualitativo, pero cuanto más se puedan citar los datos, menos propenso se será al riesgo de comportamiento. No es una solución milagrosa: el futuro sigue siendo incierto. Pero es una forma razonable de proceder.
Para tener algo de perspectiva, empecemos con el comentario de Ray Dalio de la semana pasada, cuando argumentó que "el mercado de valores de Estados Unidos no parece estar en una burbuja".
Citando una métrica propia multifactorial, el fundador de la firma de inversión Bridgewater Associates explicó:
"Cuando observo el mercado bursátil estadounidense con estos criterios (véase el gráfico siguiente), no se detecta mucha efervescencia, ni siquiera algunas de las partes que más han repuntado y han acaparado la atención de los medios de comunicación. El mercado en su conjunto se encuentra en la zona media (percentil 52). Como muestran los gráficos, estos niveles no concuerdan con burbujas anteriores".
Las burbujas, sin embargo, están en los ojos del que mira y es fácil encontrar desacuerdos entre los analistas. Por ejemplo, Kenneth Rogoff, catedrático de Economía y Política Pública de la Universidad de Harvard, se muestra desconcertado ante la reciente fortaleza del mercado de valores.
"Dados los retos e incertidumbres a los que se enfronta tanto la economía estadounidense como la mundial, es difícil imaginar cómo puede durar el actual auge bursátil", escribe.
Por su parte, el Wall Street Journal observa:
"No es difícil argumentar que las acciones están en efervescencia".
El uso del ratio CAPE como indicador de la valoración del mercado sugiere sin duda que la población está valorando las acciones a un ritmo elevado en relación con los mínimos anteriores.
El esfuerzo casero de CapitalSpectator.com por cuantificar el riesgo de burbuja parece preocupante, ya que la lectura actual se acerca al percentil 99.
Otro indicador forjado en estas páginas también sugiere que el mercado está coqueteando con el terreno de la sobrecompra, si es que no ha entrado ya, a través del índice del impulso de la confianza S&P 500 (para más detalles sobre el diseño, véase este resumen).
Un indicador relativamente sencillo del impulso del mercado también sugiere que los instintos animales han ido demasiado lejos y demasiado rápido.
¿Qué hacer con todo esto? Por desgracia, no hay respuestas genéricas (ni fáciles). Diferentes inversores con diferentes estrategias de inversión pueden llegar a diferentes conclusiones.
Para un inversor que compre y retenga a largo plazo con un horizonte de inversión de al menos cinco años, es razonable mirar más allá de la actual tormenta de críticas.
En el extremo opuesto, los inversores con horizontes cortos, una baja tolerancia al riesgo y necesidades de liquidez a corto plazo pueden ser relativamente prudentes en este momento.
Un buen punto de partida es decidir qué es lo apropiado: ¿Qué dice la cartera? ¿Ha rebasado la cartera el objetivo de ponderación de las acciones? ¿Se encuentra ahora mismo en territorio de riesgo?
¿O está la cartera, a pesar del reciente repunte, por debajo del objetivo fijado para las acciones?
Disponer de estas cifras puede ayudar a minimizar las conjeturas sobre lo que es apropiado y lo que no en términos de decisiones de reequilibrio. Por otra parte, para algunas personas, lo primero que hay que hacer es desarrollar una asignación objetivo para las acciones que aún no se ha establecido.
Si esa tarea básica sigue en su lista de tareas por hacer, enhorabuena: tiene totalmente claro cuál es el siguiente paso y no tiene nada que ver con leer las hojas de té del riesgo de burbuja.
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