La incertidumbre en los mercados financieros es parte intrínseca del día a día, y olvidarse de dicha falta de certeza al momento de analizar el valor de un activo es un error garrafal.
El mercado financiero argentino nos ha brindado en las últimas semanas una nueva lección sobre el tema. El 28 de marzo, los cupones PBI en pesos (TVPP) mostraron una caída del 54% en un día! Tras conocer que el dato preliminar del crecimiento del año 2013 era menor al que genera el pago del cupón de este bono, los mercados castigaron duramente el precio. Dos semanas después de la noticia, la caída del bono acumulada es del 62%.
¿Qué podemos aprender de este episodio?
En un ejemplo sobre cómo se construyen los modelos económicos que dan sustento a la valuación de los activos financieros, Taleb nos brinda este sencillo ejemplo de incertidumbre.
El siguiente gráfico nos muestra la cantidad de Maíz EEUU que consume en promedio una gallina por día.
La pregunta que se plantea es ¿cuántos kilos de maíz comerá la gallina al día siguiente? Al contestar esta pregunta reconocemos nuestro tratamiento a la incertidumbre, dado que no sabemos si nos comeremos esa gallina al día siguiente, o no. En consecuencia, podemos esperar que consuma los mismos kilos que consumía en días anteriores o suponer que comerá cero, consecuencia de que cenaremos pollo.
Este mismo ejemplo puede trasladarse al caso de los cupones PBI. El día anterior a darse a conocer el dato del crecimiento económico los agentes de bolsa recomendaban comprar estos activos dado que había certeza en que se superaría el crecimiento necesario para gatillar el pago del cupón. Había consenso en los mercados sobre la baja incertidumbre, y como regla el inversor debe dudar en los escenarios de consenso.
El jueves por la tarde según versiones periodísticas, se había filtrado el dato de que el crecimiento del 2013 sería calculado con un nueva metodología y que no gatillaría el pago del cupón. En nuestro ejemplo, el cocinero les adelantó a algunos comenzares que esa noche serviría pollo.
Ahora nos encontramos con un bono que cotiza a ARS 4,95, y la pregunta que se nos plantea es la siguiente: ¿seguirá bajando su cotización? Desde la perspectiva del que adquiere un activo para obtener una renta como consecuencia de la fluctuación del precio parece difícil esperar peores noticias sobre este activo, más si se considera que según algunos economistas el pago del 2013 debería realizarse dadas las condiciones de emisión.
Para el inversor que espera cobrar los cupones del bono parecería que las alternativas de inversión deberían ser otras. Lo importante a tener en cuenta es que no hay consenso, y es ahí donde aparecen las oportunidades!