A la habitual volatilidad que habitualmente inyecta al mercado de divisas el dato de empleos de Estados Unidos, se ha agregado en los últimos meses una serie de pronósticos, en su mayoría absolutamente errados, que convierten a la cifra más esperada del mes en una caja de sorpresas.
Pero sucede que son esos pronósticos los que determinan si el número publicado es efectivamente mejor o peor que lo esperado, de suerte que es mejor tomar el informe con mayor cuidado que el de costumbre.
En los últimos meses esta tendencia se acentuó. En abril se esperaban más de 200 mil empleos, y solo se crearon 160 mil; en mayo, se publicaron 38 mil frente a los 159 mil esperados, y en junio se reportaron 287 mil frente a los 175 mil que se esperaban.
Qué esperar entonces para julio? Algo no muy diferente. La cifra ni siquiera se acercará a la de junio, naturalmente, pero probablemente se sitúe cerca de los 160 mil. El consenso habla de 180 mil.
Demasiada información dura, para un dato cuyo pronóstico asoma cada mes con menos credibilidad. Tampoco es demasiado explicable desde la lógica que con el empleo en su menor nivel de varios años, la tasa de desempleo caiga 3 décimas, del 5% al 4,7%, aunque el razonamiento totalmente antojadizo diga que esto sucede porque la gente no sale a buscar trabajo; esto puede suceder en algún caso, pero no puede influir en casi medio punto de tasa de desocupación. Poco serio.
Ante este panorama, mejor tomarse un respiro, y ver como los precios se mueven sin mucho sentido durante unos minutos, antes de tomar acción. Quienes comienzan a operar ahora tienen suerte: hace años, todo el primer viernes del mes era inoperable. Ahora, con unos pocos minutos de reacomodamiento todo se tranquiliza.
El dólar llega con un comportamiento dispar en los cruces principales, y su suerte para el viernes dependerá de la cifra publicada. Claramente, una sorpresa positiva, hablamos de más de 200 mil puestos de trabajo, le daría un buen impulso alcista, y una cifra menor a 130 mil todo lo contrario. En la franja del medio, su destino no tendrá un rumbo preciso, y probablemente termine el día como en varios meses del año: en los mismos precios en que se encuentra dos o tres minutos del anuncio. El lector lo puede comprobar mirando las velas de cada uno de esos días en gráficos pequeños.
También Canadá tendrá su dato de empleos, y es probable que pese bastante en el alicaído dólar canadiense, cuyo camino actual obedece punto a punto al precio del petróleo. Sus cifras son más modestas, por cierto.
Y no mucho más. La libra Esterlina otra vez está presionada por el Bank of England, que redujo los tipos de interés el jueves -medida que consideramos inexplicable en verdad-, el euro sin una tendencia clara en tanto no caiga de 1,09 o no supere 1,13, y el yen otra vez en rumbo alcista, con el Bank of Japan sin dar muchas precisiones. Lo de siempre.