El dato del día para las bolsas a ambos lados del Atlántico es, sin duda, la decisión sobre tipos que tomará en unas horas la Reserva Federal (Fed) en el séptimo encuentro anual del Comité de Mercado Abierto (FOMC, en sus siglas en inglés).
Dado que el consenso de mercado ha dado casi por descartado un aumento, lo verdaderamente importante será el comunicado, en el que muchos quieren ver un medidor del estado real de la economía norteamericana, de cuya bonanza depende que el principal organismo monetario se muestre a favor del tan esperado aumento antes de que finalice el año (15 y 16 de diciembre).
Los recientes datos no dejan lugar para demasiada alegría, pero para tomar una decisión la Fed también tendrá a bien considerar la caída en los riesgos del panorama financiero. En su último encuentro, afirmaron que “la actividad económica se está expandiendo a un ritmo moderado” y que “la situación laboral sigue mejorando, con buenos números en la creación de puestos de trabajo y una caída en la tasa de paro”.
En esta ocasión, deberán tener en cuenta la ralentización en el crecimiento y un menor ritmo en la creación de empleo de los últimos dos meses. Como siempre, esperamos que afirmen que seguirán muy de cerca el desarrollo de la economía mundial, aunque desde el último encuentro las condiciones financieras se han relajado.
“Llegados a este punto, creemos que la Fed podría dejar ‘en tablas’ la opción de subir o no los tipos de interés en diciembre, frente 30-40% que ya descuenta el incremento. Los riesgos a la baja proceden sobre todo de sus propios comentarios, cuando mostraron abiertamente su preocupación por una nueva ralentización de la economía norteamericana, aunque nosotros creemos que el mercado ha exagerado su reacción pesimista a la luz de las últimas cifras publicadas. Si al final no sube tipos este año, revaluaremos nuestra visión de corto plazo”, afirman desde Barclays (L:BARC).
El problema, para Javier Flores, es la ambigüedad a la hora de dar pistas. “Aunque la ambigüedad pueda llegar a ser constructiva y un elemento necesario, por ejemplo en las tareas diplomáticas, un lugar incluso confortable en determinada charla, lo cierto es que cuando hablamos de política monetaria no suele ser bien recibida. Hasta el punto de que la Fed ha contribuido a alimentar cierta confusión mental entre los inversores sin que la economía real o los mercados hayan logrado como contrapartida mejora sustancial de ningún tipo”.
Y es que la reacción de las bolsas al comunicado no es algo que se pueda evitar. Siempre lo hacen, y en este caso nuevamente estarán pendientes de las palabras empleadas por Yellen y los suyos. De ellos depende que sea una reacción en uno u otro sentido. Si no son lo suficientemente claros con su explicación, el mercado podría interpretar que algo no va bien y que esconden información, algo que seguro no les gustará; si, por el contrario, afirman que la evolución es positiva, entonces vaticinamos un aumento entre los partidarios de una subida en diciembre.
Como bien asegura Víctor Hugo Márquez, analista y conductor de un programa financiero, “al igual que una pierna rota en recuperación, la economía no caminará si no se le da el empuje suficiente, y se le empieza a soltar poco a poco, para que vuelva a “caminar” como lo hacía anteriormente”. No cabe duda, finaliza, “que la Fed se encuentra ante una encrucijada y ante una de las decisiones más importantes, al menos en el último lustro”.