Después del impulso del mes pasado que colocó al AUD en casi 1,05, la divisa ha sufrido en las últimas tres semanas, cayendo hasta 0,98, un mínimo de 5meses en la madrugada del viernes en Londres donde asistimos a una cierta consolidación y toma de ganancias de los bajistas antes del fin de semana. Numerosos factores contribuyeron a este último estallido de cortos. Es evidente que la continua incertidumbre sobre la situación de Grecia, la posibilidad de que deje el euro y el efecto contagio que ello tiene para países como España e Italia está pesando.
Además, las noticias de la noche sobre China reafirmaron que la economía está viviendo un momento mucho más difícil de lo esperado. Los precios de la vivienda cayeron el mes pasado, en una comparación anual, en 45 de las 70 principales ciudades, y al parecer, los concesionarios de automóviles cuentan con un inventario del que no pueden desprenderse. Cada vez más analistas están bajando sus estimaciones de crecimiento para China, aunque, en el lado positivo, hay una creciente especulación de que los políticos de Pekín pronto aplicarán nuevas políticas de flexibilización monetaria debido a que la economía se ha deteriorado aún más claramente en el actual trimestre. Por otra parte, los bancos locales sufrieron después de las declaraciones hechas por el CEO de ANZ, que afirmaba que los mercados internacionales de financiación se habían secado, una vez más, como resultado de la debacle griega.
Otra cuestión que ha afectado al aussie es que las fábricas chinas pudieran posponer la entrega de mineral de hierro debido a una desaceleración de la demanda del mayor consumidor mundial de acero. En este momento, es difícil luchar contra la acción del precio, a pesar de que los bajistas deben tener en cuenta que el dólar australiano está muy sobrevendido.