2020 fue un año tanto de sorpresas positivas como negativas para los inversores. La covid-19 y las restricciones impuestas para contenerla frenaron en seco la actividad económica a principios de año. Posteriormente, las buenas noticias sobre las vacunas y la reapertura de la economía atajaron el pesimismo a medida que el año progresaba. A pesar de la crisis sanitaria mundial y del breve pero drástico mercado bajista, en muchos países 2020 acabó siendo un año positivo para los participantes del mercado que supieron mantener la paciencia y la disciplina. Y, en 2021, ¿qué aspectos deberían vigilar los inversores? En nuestra opinión, es probable que el mercado alcista siga su rumbo al alza este año gracias al creciente optimismo y el entorno político menos incierto en los principales mercados de todo el mundo.
El creciente optimismo
El sentimiento es un concepto importante para los inversores. En sí mismo, no es un indicador adelantado de los parqués. Sin embargo, en nuestra experiencia, los mercados fluctúan en función de la diferencia entre las expectativas y la realidad. Incluso una realidad económica que no sea especialmente halagüeña puede propiciar una coyuntura alcista si los inversores inicialmente vaticinaban una catástrofe inminente. Lo contrario también es cierto: cuando los inversores se revuelven en la euforia, puede que pasen por alto grandes factores negativos que podrían indicar la llegada de un mercado bajista.
La célebre frase del legendario inversor Sir John Templeton describe el ciclo del sentimiento inversor a lo largo de un mercado alcista como sigue: "Los mercados alcistas nacen en el pesimismo, crecen en el escepticismo, maduran en el optimismo y mueren en la euforia". A medida que el optimismo mejora a lo largo de un mercado alcista, los inversores empiezan a dejar atrás los temores derivados del anterior mercado bajista. En ese momento, la presencia de un mercado alcista se convierte en un hecho ampliamente aceptado y reconocido. Con ello, los inversores suben el listón de las expectativas en torno a los beneficios empresariales, vaticinan mayores valoraciones y aumentan su inversión en renta variable. En ese momento, comienzan a temer que se están perdiendo el sólido tirón bursátil a medida que el sentimiento de optimismo metamorfosea en euforia.
Si el pesimismo y el escepticismo fueron las emociones dominantes a mediados de 2020, en la actualidad observamos signos de que el optimismo generalizado de finales del año pasado probablemente seguirá extendiéndose a lo largo de 2021. Dada la alta incidencia de coronavirus que todavía se registra en muchas partes del mundo, las autoridades públicas han vuelto a responder con restricciones para contenerlo, y las represalias económicas empiezan a notarse en los datos publicados. No obstante, al igual que con los funestos datos de empleo en EE.UU. de comienzos de año se mantuvo una perspectiva positiva, los observadores del mercado parecen estar analizando un pronóstico a largo plazo más halagüeño de lo que suele ser habitual en circunstancias parecidas. En vez de augurar una crisis inminente, parece que los inversores vislumbran un mundo en el que los programas de vacunación irán sobre ruedas y se alcanzará la nueva normalidad a lo largo del año. A nuestro juicio, estos presagios constituyen otro indicio de que el sentimiento ha mejorando significativamente en los últimos meses y que, en consecuencia, propulsará las acciones al alza a medida que avance 2021.
En nuestra opinión, las perspectivas halagüeñas son, en gran medida, lógicas. Dados los crecientes esfuerzos en las campañas de vacunación realizadas en buena parte del globo, se discierne con mayor claridad un camino de vuelta a la normalidad económica. Asimismo, parece que las empresas podrán satisfacer rápidamente la demanda acumulada a medida que se levanten las restricciones y los confinamientos. El fuerte repunte económico observado desde mediados de 2020 puso de manifiesto que la reapertura de la economía representa el factor más importante para que las empresas expandan su actividad. Este escenario difiere ampliamente a una recesión tradicional, en la que las empresas, antes de volver a crecer, las empresas se ven forzadas a realizar recortes y eliminar ineficiencias.
En nuestra opinión, este entusiasmo incipiente seguirá extendiéndose a lo largo del año y espoleará las cotizadas en el futuro cercano. Los inversores deberían vigilar que las expectativas no se vuelvan demasiado optimistas, pero, de momento, la mejora de los fundamentales apunta a una revalorización sostenida.
Pero, ¿cuándo se convierte este sentimiento en euforia? Por lo general, el optimismo suele mantenerse elevado durante un tiempo antes de que se convierta en euforia. No creemos que los mercados hayan llegado a este punto. La mayoría de los mejores años bursátiles de la historia se produjeron como consecuencia de la mejoría del sentimiento en los últimos compases de un ciclo alcista. Si bien siempre seguimos de cerca los segmentos del mercado en busca de señales que sugieran un calentamiento o exceso de optimismo, ahora mismo no creemos que sea el momento de salir del mercado, ya que nos encontramos en uno de los tramos en los que históricamente se han reportado más retornos y, por consiguiente, correríamos el riesgo de no captar las rentabilidades de este tirón bursátil.
El bloqueo legislativo y la disminución de la incertidumbre política
Los parqués han cogido impulso tras las recientes y volátiles elecciones presidenciales en EE. UU., descontando los acontecimientos futuros como típicamente lo hacen: de manera impasible. A nuestro juicio, las bolsas no se han centrado en ningún escenario político concreto; más bien han prestado atención al descenso de la incertidumbre política y a la caída del riesgo de que se promulguen cambios legislativos de gran calado gracias al bloqueo político. En nuestra opinión, la coyuntura política de 2021 debería alentar la buena dinámica bursátil en varios países. Es importante señalar que no favorecemos a ningún partido ni figura política en particular. Analizamos la evolución política y las noticias con la mera intención de evaluar su posible impacto en los mercados.
En el Reino Unido, la resolución del Brexit finalmente zanja una fuente constante de incertidumbre política. La salida efectiva del Reino Unido, más calmada de lo inicialmente previsto, contribuyó a disipar muchos de los temores de los inversores. En Alemania, la «Gran Coalición» formada por la Unión Demócrata Cristiana (CDU), de centroderecha, y el Partido Socialdemócrata (SPD), de centroizquierda, volverán a pedir su voto en los próximos comicios de septiembre sin tener, por ahora, un claro candidato que reemplace a la canciller Angela Merkel, por lo que probablemente formarán otra frágil coalición incapaz de avanzar en el terreno legislativo. E Italia y España parecen navegar las aguas de 2021 con los mismos bloqueos políticos en los que andan inmersos. Si bien este tipo de situaciones de bloqueo pueden ser frustrantes para los votantes, los parqués se benefician de la caída de la incertidumbre derivada de este estancamiento.
En los Estados Unidos, el primer año de mandato de los presidentes demócratas suele reportar sólidas rentabilidades, dado que el nuevo presidente suele moderar sus máximas una vez llega al poder, y los inversores se dan cuenta de que la realidad no era tan funesta como se creía y que sus temores sobre la promulgación de piezas legislativas antieconómicas fueron exagerados. Pero la llegada anticipada del bloqueo podría acentuar la caída de la incertidumbre. Los demócratas ostentan la mayoría más estrecha que ha ostentado esta cámara en más de 100 años. Paralelamente, el Senado se encuentra dividido a la perfección, con la vicepresidenta Kamala Harris en posesión del voto de desempate en su rol de presidenta del Senado. Este escenario otorga poder a los senadores demócratas que representan a estados bisagra, quienes pueden ejercer una mayor capacidad de presión para apoyar, oponerse o aplacar las propuestas de ley a favor de sus intereses. Y, por si fuera poco, hay un puñado de senadores que se postulan a su reelección en 2022 (cuyas victorias fueron muy reñidas en las elecciones celebradas hace seis años). Por consiguiente, tienen un fuerte incentivo para evitar prácticamente cualquier propuesta que pueda tacharse de controvertida. El bloqueo político en EE.UU. suele manifestarse a mitad del mandato presidencial, pero creemos que una situación de parálisis instalada antes de lo habitual puede propiciar el registro de sólidas rentabilidades en 2021.
Incluso los inversores no estadounidenses tienen razones para alegrarse de este bloque político que atraviesa dicho país. Si bien los factores que impulsan los parqués son distintos en función de cada mercado, las bolsas estadounidenses y las de otros países desarrollados suelen mostrar una evolución similar. La correlación entre las acciones de EE. UU. y las de otros países desarrollados ha sido mayor al +0,85 en los últimos veinte añosi (una relación relativamente alta, siendo −1 una relación inversa perfecta y +1 una correlación perfecta). Esta correlación positiva favorece a las bolsas no estadounidenses porque, cuando las bolsas norteamericanas se benefician del estancamiento político de este país, los parqués no estadounidenses también se benefician de ello, dado que suelen moverse en la misma dirección.
Cabe destacar que, cuando la correlación es menor a 1, los inversores se pueden beneficiar a largo plazo de diversificar sus carteras con acciones de dentro y fuera de EE. UU. Una correlación imperfecta significa que una categoría podría tanto tomar la delantera como ir a la zaga en diferentes periodos de tiempo. Dado que no se puede saber con certeza si las acciones de EE. UU. o del resto de países se pondrán por delante en cada momento, Fisher Investments España cree que los inversores que deseen adoptar un enfoque prudente deberían disponer de una cartera bien diversificada que cuente con ambos tipos de instrumentos.
Si bien es evidente que habrá baches a lo largo del camino, creemos que los inversores deberían disfrutar de lo que prevemos que sea un sólido 2021. Si la volatilidad o una corrección de mercado hacen acto de presencia, mantenga la calma. En algunos de los mejores años de la fase final de un mercado alcista (incluidos los últimos años de la década de los noventa), los mercados sufrieron fuertes correcciones o caídas similares. En Fisher Investments España creemos que este es un año para mantener el equilibrio, evitando errores de inversión provocados por el miedo o la codicia. Si, a largo plazo, necesita una rentabilidad similar a la de la renta variable para alcanzar sus objetivos de inversión, creemos que es fundamental mantener la disciplina y la diversificación.
Fisher Investments España es el nombre comercial utilizado por la sucursal en España de Fisher Investments Ireland Limited, (“Fisher Investments España”). Fisher Investments España está inscrita con domicilio social en calle Junta de Castilla y León, 8, 28660 Boadilla del Monte (Madrid), con NIF W0074497I, inscrita en el Registro Mercantil de Madrid, en el tomo 39501, folio 110, inscripción 1, hoja M-701327, y en el Registro de la Comisión Nacional del Mercado de Valores de Empresas de Servicios de Inversión del Espacio Económico Europeo con Sucursal en España, con el número 126.
El presente documento recoge la opinión general de Fisher Investments España y Fisher Investments Europe, y no debe ser considerado como un servicio de asesoramiento personalizado en materia de inversiones o fiscal, ni un reflejo de la rentabilidad de sus clientes. No existe garantía alguna de que Fisher Investments España o Fisher Investments Europe sigan sosteniendo estas opiniones, que pueden cambiar en cualquier momento a partir de nuevos datos, análisis o consideraciones. La información aquí contenida no pretende ser una recomendación o pronóstico de las condiciones del mercado. En su lugar, tiene por objeto esclarecer los aspectos tratados. Los mercados actuales y futuros pueden diferir ampliamente de los que se describen en este documento. Asimismo, no se garantiza la exactitud de ninguna de las hipótesis empleadas en los ejemplos contenidos en este documento. Invertir en los mercados financieros implica un riesgo de pérdida, y no hay garantías de que todo o parte del capital invertido sea reembolsado. La rentabilidad pasada no garantiza ni indica los resultados futuros de manera fiable. El valor de las inversiones y los ingresos procedentes de ellas están sometidos a la fluctuación de los mercados financieros mundiales y de los tipos de cambio internacionales.
i Fuente: FactSet (NYSE:FDS). Correlación calculada entre los índices MSCI USA y MSCI ex USA, basada en las rentabilidades semanales registradas entre el 19 de enero de 2001 y el 15 de enero de 2021.