Nadie discrepa a día de hoy que la tendencia generalizada de estos tres índices estadounidenses es alcista. Tienen mucha fuerza y no escatiman en su ascenso, rompiendo máximos históricos sin pestañear. Mientras el precio no diga lo contrario, es decir, no de signos de agotamiento, la tendencia sigue siendo larga.
La pregunta a plantearse ahora es, dados los acontecimientos, ¿Hasta cuándo?
Desde el punto de vista técnico poco queda que decir, el precio quiere seguir subiendo y las empresas seleccionadas en dichos índices mejoran resultados, incluso muchas de ellas aún están por debajo de sus particulares máximos históricos, por lo que si se quiere aún hay sendero marcado en anteriores ascensos.
Desde el punto de vista fundamental, mucho que decir. La política de Bernanke parece no ser la más correcta para ayudar a la economía americana a salir de los indicadores mediocres. Su famoso helicóptero no para de emitir billetes y es más el riesgo que el beneficio tanto en el corto como en el medio plazo. Por otro lado, la bajada aun más de los tipos queda descartada, inviable. Demasiado bajos a día de hoy sin haber sido una buena política de impacto como resurgimiento de la economía norteamericana.
Por tanto, es muy probable que veamos a Bernanke parar de inyectar liquidez en el sistema para no aumentar aun más la deuda estatal y las alternativas podrán venir por la vía fiscal. Es ahí donde los famosos índices comenzarán a resentir su ascenso y volverán a la realidad de su precio. Es ahí donde sus márgenes se resentirán y es ahí donde los inversores llevarán sus inversiones a otros mercados más atractivos, sean economías o valores.
Una cosa es bien clara, la tendencia se agotará, y cambiará su rumbo. ¿Cuándo?, pronto, ¿Por qué? EE.UUU lo necesita y Bernanke se ha dado cuenta de que su política no es la correcta. ¿Cómo? Distribuyendo la riqueza en diferentes sectores y mercados vía fiscal.