La incertidumbre respecto al “abismo fiscal” que se espera por recortes del gasto gubernamental y alzas de impuestos el año próximo llevó a analistas este mes a recortar sus estimaciones del crecimiento económico de Estados Unidos para los primeros meses del 2013, indicó el jueves un sondeo de Reuters.
Se trata del cuarto mes consecutivo de revisión a la baja en los prospectos de expansión del primer trimestre para el año próximo.
Pero pese a la preocupación, se espera que las ventas minoristas en la primera economía del mundo crezcan casi un 4% respecto al año pasado durante la temporada de compras navideñas. También crecería levemente el número de contrataciones laborales.
La economía de Estados Unidos crecería a un ritmo interanual del 1,6 por ciento en el cuarto trimestre, según el promedio de estimaciones de más de 60 economistas encuestados por Reuters entre el 6 y el 15 de noviembre. La cifra está por debajo del 1,8% de expansión arrojado en el sondeo de octubre.
Las expectativas para los tres primeros meses del 2013 fueron rebajadas por cuarto mes consecutivo, a 1,5% desde el 1,6% anterior, aunque se estima que el crecimiento repuntará al 2,1% para el segundo trimestre del año.
Para todo el 2013, los economistas esperan una tasa de crecimiento del 2%, muy similar al de este año.
“Si no fuera por el ‘abismo fiscal’, creo que probablemente veríamos un crecimiento del PIB del orden del 3 al 3,6 por ciento el año próximo”, dijo Scott Brown, economista jefe de Raymond James en St. Petersburg, Florida.
Brown espera que la economía se expanda a un ritmo anual del 1,9 por ciento en el 2013.
A menos que los legisladores estadounidenses alcancen un acuerdo, el paquete por 600.000 millones de dólares de alzas de impuestos y recortes de gastos entrará en efecto a inicios del 2013, y muchos economistas temen que podría sumergir nuevamente a la frágil economía en una recesión.
La incertidumbre sobre si se logrará un acuerdo y cuándo ya está pesando sobre las proyecciones económicas para el nuevo año, y algunos analistas esperan que las compañías sigan frenando inversiones y contrataciones a la espera de mayor claridad.
Un debate político aspero y prolongado también podría debilitar la confianza del consumidor, tal como fue el caso del acuerdo de último minuto alcanzado en el 2011 para elevar el techo de deuda, una disputa que finalmente llevó a una rebaja de la calificación crediticia de Estados Unidos.
“Es probable que el enfrentamiento político sobre el ‘abismo fiscal’ siga siendo intenso”, dijo John Silvia, economista de Wells Fargo Securities en Charlotte, Carolina del Norte.
“Los mercados financieros podrían estar volátiles y la confianza del consumidor y la empresarial podrían caer. La inversión de capital y el gasto del consumidor podrían retraerse como resultado de ello”, agregó el economista.
Algo que complica todavía más las perspectivas es el daño económico causado en la costa este de Estados Unidos por el impacto de la tormenta Sandy, además de la susceptibilidad de la economía a un empeoramiento si la crisis de deuda de la zona euro se agudiza.
Los efectos de la tormenta podrían incidir en el crecimiento este trimestre, pero economistas esperan que la actividad repunte para principios del año próximo. Como mínimo, se espera que la súpertormenta Sandy añada complicaciones que dificulten tener un panorama económico claro.
Si bien la perspectiva de una batalla política sin cuartel ya ha sacudido la confianza empresarial, el humor de los consumidores hasta ahora no se ha visto afectado, y una señal de esto es que un indicador de confianza del consumidor trepó a su nivel más alto en cinco años.
La caída de las ventas minoristas de octubre podría ser un adelanto de que la confianza está comenzando a flaquear, aunque las compras también fueron castigadas por la tormenta Sandy.
En general se espera que los estadounidenses abran sus billeteras y gasten durante la temporada de compras navideñas. Lps pronósticos apuntas a crecimientos del 3,9% en las ventas minoristas en noviembre y diciembre, de acuerdo a la encuesta.
Sin embargo, 25 de los 36 economistas que respondieron a las preguntas adicionales sobre la temporada navideña esperan que la cuestión del “abismo fiscal” restrinja el consumo.