El Banco de Inglaterra decidió el jueves no inyectar más dinero en la alicaída economía británica.
El Comité de Política Monetaria del banco central optó por no incrementar la suma de 375.000 millones de libras esterlinas (unos 560.000 millones de dólares) que destinó a la compra de títulos públicos con dinero nuevo entre marzo del 2009 y octubre de 2012.
También dejó sin cambios la tasa de interés oficial en el mínimo récord de 0,5 por ciento.
Un sondeo de Reuters entre economistas la semana pasada mostró que se veía una probabilidad de 40 por ciento de que el banco optara por una mayor flexibilización cuantitativa esta semana, y un 60 por ciento antes de que termine el año.
El mes pasado tres responsables inesperadamente votaron a favor de reactivar el programa de compras de bonos. Los detalles de la votación del encuentro de marzo, que concluyó el jueves, solo se conocerán en dos semanas.
La economía británica está al borde de su tercera recesión en cuatro años, aunque unos datos sólidos del sector servicios del martes sugirieron que podría anotar un modesto crecimiento en los tres primeros meses del 2013.