El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, dijo el lunes que el banco no usará su programa de compras de bonos, que aún no ha sido activado, para salvar a un país de la insolvencia, sino para preservar la moneda común, el euro.
El nuevo programa de compras de bonos del BCE ha ayudado a calmar a los mercados en los últimos dos meses, pero el programa ha provocado preocupaciones particulares en Alemania, que está potencialmente más expuesta a riesgos por ser el mayor accionistas del BCE.
La principal corte de Alemania abordará en audiencias el martes y el miércoles la legalidad de las llamadas Transacciones Monetarias Inmediatas (OMT, por su sigla en inglés). No se espera que emita una decisión hasta después de las elecciones germanas del 22 de septiembre.
Expertos legales afirman que la corte podría deferir el caso a jueces europeos por primera vez en la crisis de la zona euro.
En comentarios formulados ante una audiencia alemana durante una entrevista con el canal público ZDF en la víspera de la audiencia de la corte, Draghi dijo: “No intervendremos para asegurar en general la solvencia de un país”.
El BCE ha gastado en el pasado menos comprando bonos que otros grandes bancos centrales, comentó también Draghi, y agregó que gracias a mercados más calmos tras el anuncio sobre las OMT, “el riesgo para los contribuyentes alemanes es hoy significativamente menor que hace un año”.
Draghi también dijo en los comentarios publicados antes de la emisión de la entrevista que las tasas de interés -actualmente en un mínimo nivel histórico de un 0,5 por ciento, subirán de nuevo cuando vuelva la confianza en la recuperación económica.