El Banco Central Europeo (BCE) sigue siendo el banco central que busca excusas para ampliar su programa de flexibilización, ya sea a través de un recorte de las tasas de depósitos o una ampliación del programa de relajación cuantitativa.
Este comportamiento se basa en una preocupación general por la baja inflación. No obstante, lo más probable es que el análisis del banco central sea erróneo.
En la actualidad, la política monetaria no puede esperar para contribuir a un aumento de la inflación, ya que la deflación es impulsada principalmente por los cambios en la oferta de la economía, principalmente caída de los precios de las materias primas y un cambio hacia una economía digital.
Con la Reserva Federal (Fed) actualmente a la espera, es probable que el BCE también trate de evitar un aumento en el euro. El dólar se encuentra en subida de varios años, que probablemente llevará al par euro-dólar (EUR/USD) por debajo de paridad.
Sin embargo, sin la Fed en el asiento del conductor, no debería sorprender si el euro-dólar corrige significativamente al alza (quizá hacia niveles de 1,25).