Ante el último rally alcista que ha llevado a Bitcoin a superar los 40.000 dólares por unidad, hemos vuelto a escuchar fuertes declaraciones en directa oposición al crecimiento de esta criptomoneda. Una de esas declaraciones llega por parte de Janet Yellen, ex-líder de la Reserva Federal Estadounidense y elegida por Joe Biden como la nueva secretaria del Tesoro.
Yellen, quién en 2018 había calificado a Bitcoin como “cualquier cosa menos útil”. Ahora no duda en afirmar que “las criptomonedas se utilizan principalmente para financiamiento ilícito”. Después de 3 años finalmente ha admitido que tiene algún tipo de utilidad, aunque sus comentarios solo han tratado de descalificar a la criptomoneda líder proponiendo “examinar las formas en que podemos restringir su uso y asegurarnos de que el lavado de dinero no ocurra a través de esos canales”.
En la misma línea de Yellen, han llegado las declaraciones de Christine Lagarde, ex-presidenta del Fondo Monetario Internacional y actual presidenta del Banco Central Europeo. En una entrevista en la conferencia Reuters Next (LON:NXT), Lagarde declaró que “Bitcoin es un activo altamente especulativo, que ha realizado algunos negocios divertidos y una actividad de lavado de dinero interesante y totalmente reprobable"
Si bien no brindó ejemplos específicos de casos de lavado de dinero, no dudó en declarar que “tiene que haber regulación, esto tiene que ser aplicado y acordado a nivel global porque si hay un escape se utilizará ese escape"
Como diría El Quijote, “Ladran, Sancho, señal que cabalgamos”
Es curioso escuchar a la presidenta del Banco Central Europeo referirse a Bitcoin en esos términos, principalmente cuando representa a la entidad máxima que sustenta la impresión de millones de euros en efectivo, el método preferido para el lavado de dinero por parte de los criminales según la mismísima Europol en su informe “Why is cash still king?”.
Con esa misma lógica, si alguien compra drogas o armas ilegalmente con euros ¿deberíamos condenar al euro? Demonizar a las criptomonedas debido a que “permiten la ilegalidad” es absurdo. El problema no es el método de intercambio empleado ya que un euro o un Bitcoin no es intrínsecamente bueno o malo. Con un Bitcoin se puede financiar el narcotráfico o se puede financiar a una ONG que lucha para acabar con el mismo.
Pero claro, es mucho más simple culpabilizar a una moneda que admitir la propia culpa y hacerse cargo de la falta de eficiencia o, en muchos casos, de la falta de voluntad de los gobiernos para destapar esas redes que en gran parte de las ocasiones involucran a los mismos gobernantes.
¿Por qué atacan a Bitcoin?
Es evidente que Bitcoin y las criptomonedas actúan como un palo en la rueda para los gobiernos y los bancos centrales, quienes tienen la esperanza de frenarlas lo máximo posible a través de regulaciones o ataques mediáticos. No quieren competencia y quieren mantener intacto el monopolio del dinero a costa del sufrimiento de miles de personas.
Lo que no entienden aún es que una moneda no será reserva de valor porque ellos lo determinen, y finalmente será el propio ciudadano quien elija donde resguardar lo que ha obtenido con el sudor de su frente.
Si Bitcoin es moneda y resguardo de valor lo decidiremos todos con el tiempo, no lo impondrá la represión gubernamental. En vez de criticar a las criptomonedas con argumentos aplicables a la propia moneda que emiten, deberían preocuparse por hacer mejor las cosas. Fortalecer la independencia de los bancos centrales, mejorar la confianza en las monedas nacionales y dejar de alimentar a ese monstruo llamado emisión monetaria que no hace más que espantar a la gente del dinero FIAT (MI:STLA) y la lleva a elegir el oro, la plata o el Bitcoin.
Lamentablemente para ellos, los ciudadanos hoy tienen la posibilidad de salir de la rueda del ratón que ha sido impuesta durante años y elegir resguardar su valor en monedas como Bitcoin que ofrecen:
- Transparencia: todas las transacciones son públicas, y se pueden apreciar en tiempo real bajo pseudónimos en forma de dirección Bitcoin.
- Rapidez: puedes enviar cualquier cantidad de BTC en minutos sin importar cuál sea el destino.
- Bajas comisiones: en comparación con hacer transacciones en un banco, el costo de las transacciones en Bitcoin es ínfimo.
- Descentralización de la emisión: ni los bancos ni los gobiernos pueden decidir la valoración del Bitcoin, ni pueden intervenir en su creación. El dinero se despolitiza.
- Emisión limitada: nadie puede imprimir Bitcoins de la nada y nunca existirán más de 21 millones de Bitcoin. Eso está determinado por reglas que son de público acceso.
Estas son solamente algunas de las características que hacen a Bitcoin un mejor resguardo frente al dinero que imprimen los gobiernos y esto los altera. Como consecuencia deberemos seguir escuchando intentos por defenestrar a las criptomonedas, aunque sea con argumentos carentes de sustento.
Pero no debemos preocuparnos demasiado al escuchar a estos personajes declarar contra Bitcoin en los titulares de los periódicos, ya que tal como sostenía Arthur Schopenhauer, toda verdad atraviesa 3 fases:
- Es ridiculizada,
- Recibe violenta oposición y
- Es aceptada como algo evidente.