El cambio nos desafía a esforzarnos más de lo que somos para poder adaptarnos, pero también nos hace caer en la trampa de estar divididos. Cuando consideramos la noción del cambio, nos dividimos en las características que nos gustan y las que no, nos catalogamos en puntos fuertes y débiles, en bueno y malo, en aceptable e inaceptable.
Una vez que hemos realizado esta división, es natural que abracemos lo bueno y evitemos lo malo. Descartamos nuestras carencias y las enfatizamos como errores, mala suerte o cualquier otro factor externo que nos haga sentir libres de nuestra propia aceptación y culpa. Tendemos a no mantener nuestra motivación a crecer porque solo nos contactamos con esas partes de nosotros que están relativamente completas.
Por eso ya sea en la especulación o en la inversión de cualquier activo o instrumento financiero, la formación constante es imprescindible. Y no solo formación técnica sino formación y crecimiento como ser humano integral, ya que la gestión emocional es sumamente importante, y es que como puedes gestionarte a ti mismo si no aprendes primero a en verdad conocerte.
El mercado está lleno de traders que buscan excusas para evitar aceptar sus errores y fracasos, olvidando que debemos aprender día a día. ¿Y qué mejor maestro que una perdida? No podemos controlar al mercado y a todos sus participantes, pero sí podemos controlar al participante más importante, nosotros mismos.
Feliz y prospera semana.