En noviembre de 2016, tuvimos una interesante conversación sobre la situación de la bolsa con un gestor de un Hedge Fund relativamente nuevo. Un gestor joven, muy bien preparado, consciente de que estaba en proceso de aprendizaje (en ese proceso se debería permanecer de por vida en este sector), y cuya filosofía de inversión es la de Value Cuantitativo.
Con un fondo muy pequeño en cuanto a activos (con dos inversores que suponían un alto porcentaje de los mismos), con casi dos años de vida, y que empezó muy bien su andadura, pero que en aquellas fechas estaba atravesando un mal momento de rentabilidad.
La conversación se centró fundamentalmente en los niveles de bolsa (estadounidense sobre todo). Él argumentaba lo cara que estaba, y esgrimía todo tipo de razones. Todas ellas válidas y justificadas. No discutimos prácticamente sobre ellas; de hecho, estábamos de acuerdo con muchas de ellas. Pero no siempre se trata de eso, al menos no sólo de eso. Los inversores corremos muchos riesgos y sufrimos muchos sesgos, y uno de ellos es creer que tenemos siempre la razón, sin escuchar al mercado. Nos enamoramos de nuestro análisis y lo defendemos hasta el final. La cuestión es que ese final puede traducirse en ruina.
La realidad es que los mercados suelen estar más tiempo en tendencia que con grandes correcciones, y que, en general, no paga ir contra el mercado. Este es un juego de probabilidades, y en este sentido las probabilidades de estar en tendencia son superiores.
En este artículo, en SVRN Asset Management, comparan los resultados de una estrategia de buy and hold con otra de esperar a que haya un Crash para comprar (no se contemplan posiciones cortas):
Fuente: SVRN Asset Management
Según SVRN, estar esperando al potencial crash para tomar posiciones largas, no merece la pena. Esa estrategia arroja peores ratios de rentabilidad y riesgo, a largo plazo, que la de comprar y mantener. En definitiva, que hacerle el timing al mercado no parece funcionar.
Casi todas las voces que oímos o leemos nos advierten (nos vienen advirtiendo desde hace tiempo) de una sobrevaloración del mercado, de que esto no puede seguir subiendo, y de que en algún momento se producirá una corrección en toda regla. Y así pasará, seguro.
Pero el problema viene cuando la realidad es que puede ser hoy mismo, o dentro de un año, o ¡quién sabe! Es verdad que cada vez cuesta más encontrar acciones con precios realmente atractivos. Pero como siempre, todo es relativo, y depende de las hipótesis de futuro que nos creamos e incorporemos en nuestro modelo de valoración, así como de los parámetros que seleccionemos para determinar dicha sobrevaloración. Este artículo de Aswath Damodaran es una buena lectura sobre posiciones contrapuestas en temas de valoraciones actuales.
En el caso de este gestor, su mayor riesgo no es no tener razón en su posicionamiento, sino en el cuándo el mercado reaccionará a su favor . Es decir, la paciencia, o la falta de la misma, que tengan sus inversores para aguantar las pérdidas que se han producido, y que se pueden seguir produciendo hasta el momento en que el mercado se alinee.
Con un fondo de pequeño volumen y de reciente creación, el riesgo es, si cabe, mayor, dada la estructura de sus inversores.
Ya en noviembre de 2016 los “expertos” decían que la bolsa americana estaba cara, y desde entonces se ha revalorizado más de un 11%….
Teniendo en cuenta que el mercado aparentemente sigue mostrando cierta fortaleza, y si creen que está sobrevalorado (como es el caso de este gestor), parece más conveniente mantenerse al margen y esperar a ver cómo se comporta, que ponerse corto y esperar a que les dé la razón. Estar fuera del mercado siempre es una opción.
Veremos qué pasa con el mercado y con el fondo….