Análisis realizado al cierre del mercado estadounidense por Kathy Lien, directora general de Estrategia FX en BK Asset Management.
Tras los grandes movimientos de divisas, la semana pasada fue relativamente tranquila para las divisas. El dólar reanudó su descenso, cayendo con respecto a las demás monedas principales excepto la libra. El Brexit es el único protagonista y por desgracia hay más preguntas que respuestas sobre los términos de la salida del Reino Unido de la Unión Europea. La UE dice que el acuerdo de divorcio no está abierto a la renegociación, por lo que el Reino Unido tiene que aceptar el actual acuerdo de salida antes del 12 de abril o elegir entre un aplazamiento mucho más largo o marcharse sin ningún acuerdo. La primera ministra May ha admitido este lunes que no tiene los votos suficientes para celebrar una votación significativa y con los rumores de un golpe de estado en su propio partido, podría ser destituida antes del final de esta semana. La libra responde a cada uno de los titulares y, aunque aún se las apaña para mantenerse cerca de máximos de este año, hay graves riesgos a la baja. Ahora los inversores dan por hecho que May será destituida o que el Parlamento se hará con el control del Brexit y solicitará a la UE un aplazamiento muy largo que proporcionará alivio a corto plazo a la libra.
En cuanto al dólar, a nuestros lectores no debería sorprenderles la continua venta masiva de billete verde ya que ya habíamos destacado la importancia de la decisión de la Reserva Federal de recortar los tipos de interés hasta cero este año. Sin embargo, a falta de datos de Estados Unidos, el desplome del rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense y la reversión de la curva de rendimiento han sido lo que ha reimpulsado el descenso del billete verde. El rendimiento de los bonos a 10 años se situó por debajo del 2,4% por primera vez desde diciembre de 2017 con los tipos a largo plazo cayendo por debajo de los tipos a corto plazo a tres meses. Cuando ocurre una reversión como ésta, es una gran advertencia de que podría llegar una recesión. La última vez que esto sucedió fue en el año 2007. Aunque algunas de las divisas principales como el euro y el dólar australiano se recuperaron el lunes, si las acciones siguen cayendo, será difícil que conserven sus ganancias.
La principal razón por la que el euro ha abierto la semana de nuevo por encima del nivel de 1,13 es que, a pesar de la fuerte disminución de la actividad manufacturera de Alemania, la confianza empresarial de Alemania ha mejorado en marzo. Por primera vez en siete meses, las empresas alemanas son más optimistas en cuanto a las previsiones económicas de la eurozona. Aunque el Banco Central Europeo no comparte sus puntos de vista, es una luz de esperanza para los traders del par EUR/USD que no han encontrado una razón para comprar la divisa hasta ahora. Es demasiado pronto para cantar victoria, especialmente antes del discurso del presidente del BCE, Mario Draghi, de este miércoles. Dos legisladores comparecieron el lunes y ninguno pareció demasiado optimista —Hansson, miembro del BCE, dijo que la ralentización de la zona euro podría continuar a medio plazo y que el programa de expansión cuantitativa podría reiniciarse en caso de algún percance importante. Coeure, miembro del BCE dijo que el banco central no ha llegado "al límite de lo que podríamos hacer".
Los dólares Australia y Nueva Zelanda también han ganado posiciones pues los precios del oro han subido. Según informes publicados en China, se llegará a un acuerdo comercial en la tercera o cuarta semana de mayo. Ésta es una semana importante para el dólar neozelandés pero, a la espera del anuncio de política monetaria del Banco de la Reserva de Nueva Zelanda, conoceremos la última lectura de la actividad comercial del país. El mes pasado, el país anunció su mayor déficit comercial en más de 12 años por lo que se espera un balance más limitado incluso aunque el PMI apunta a un continuo debilitamiento del sector manufacturero.