Después de varias semanas de estancamiento, el dólar comenzó a tomar algo de color nuevamente esta semana, especialmente contra el complejo de las monedas de los commodities. El alentador informe de empleo del mes de julio no es el único motor, ya que un movimiento de aversión al riesgo generalizado también está ayudando a que la moneda estadounidense se recupere. Las monedas de mayor rendimiento como el dólar australiano y el kiwi fueron los primeros en la fila mientras retrocedían 0,58% y 1,24% desde el viernes.
Por otra parte, los activos de refugio recibieron una dosis de refuerzo, ya que los inversores buscan reducir el riesgo tras un fuerte repunte de las acciones y una devaluación del dólar que se ve exagerada. El franco suizo subió casi un 1% frente al dólar el miércoles, mientras que el yen japonés subió 0,45 %. Por último, el metal amarillo se recuperó hasta 1.268, en su camino hacia la próxima resistencia clave que se encuentra en 1.296,15 (máximo del 6 de junio).
Hemos estado defendiendo desde hace tiempo la idea de que la devaluación del dólar estaba llegando a su fin y que este momento se ha estado acercando rápidamente. Obviamente, una parte sustancial de la apreciación se puede atribuir a la toma de ganancias. Sin embargo, pensamos que el mercado ha sido demasiado optimista acerca de la normalización de la política del BCE y un poco demasiado pesimista con respecto a la Fed.
En el contexto de débiles presiones inflacionarias globales, la probabilidad de que ambos bancos centrales permanezcan en un lugar neutral o ligeramente pesimista se ha elevado de forma substancial recientemente. Por tanto, existe espacio para un ajuste bajista en los cruces del EUR y una recuperación en el USD.