Es curioso, echando la vista atrás, a los comienzos de mi andadura como trader, recuerdo claramente lo que significaba tener un stop. Aquello hacía pupa, y mucha. Una mezcla de dolor, frustración, expectativa por ver qué consecuencias iba a tener, si la cuenta lo iba a sufrir, qué opinarán mis compañeros de batalla cuando publique mi chart en el grupo de formación que compartimos y vean el stop que acabo de tener. Me entraba la duda de mostrarlo o no, miedo al ridículo, a posibles críticas, a comentarios que pudieran ahogarme un poco más en el pozo que suponía haber tenido dicho stop. Aquello llegaba a ser un auténtico martirio emocional, una continua disputa interna entre el éxito y el fracaso, un bloqueo mental que no me dejaba valorar si la operación fue tomada bajo los condicionantes exigidos. Recuerdo que llegaba a convertirse en un problema, algo que tenía que comerme yo, e incluso por la noche se replicaba la operación una y otra vez en forma de pesadilla.
Claro está, un novato que comienza en el mundo de las inversiones financieras no sabe perder. Cada stop es como si regalases dinero, o más bien, tiraras billetes de 50 por el retrete, lo ves desaparecer poco a poco tal como el precio se va acercando a tu punto de salida. Son momentos dolorosos que todo aspirante a trader ha de pasar, sufrir y superar.
Un buen día te levantas, te sientas frente a tu escritorio, con los apuntes, el ordenador, estadísticas, charts, etc… y decides dejar entrar a tu sala de trading al señor STOP. Le saludas, le das la bienvenida, invitas a sentarse, a tomar un café, un cigarrillo y lo primero que le dices es: “Bueno, amigo, he llegado a una conclusión, tú y yo vamos a tener que entendernos, te necesito”. Alguno se preguntará; ¿Cómo? ¿Necesitar la colaboración del Sr. Stop? ¿Pero te has vuelto loco? Eso es malo, caca, igual que le decimos a los niños cuando cogen algo del suelo.
Pues sí, el primer paso para llevarse bien con el Sr. Stop es verlo como una pieza imprescindible dentro del engranaje que forma un método o sistema de trading. Tiene dos funciones importantísimas; sacarnos de una posición con una pérdida limitada y asumible cuando dicha operación no evoluciona como nuestro sistema prevé que pueda hacerlo y la segunda es evitar que podamos descapitalizarnos ante una sacudida imprevista del precio. Una vez hemos hecho las paces con el Sr. Stop todo se vuelve más familiar, se respira otro ambiente y podemos centrarnos en los factores importantes que al principio no podíamos observar; ¿Mi sistema decía que esta operación tenía que tomarla? ¿La he tomado bien? Se anota en nuestro libro de operaciones, la olvidamos y a por la siguiente.
Unos cuantos años han pasado desde estas vivencias y uno se da cuenta que, dicha operación, fue una de las miles que tomé después y tomaré en mi carrera como trader. El miedo a perder es uno de los primeros escalones que todo trader ha de superar. Alguien dijo que el buen trader es aquel que sabe perder bien. Todo sistema tiene un porcentaje de operaciones perdedoras que hay que asumir, no puede uno martirizarse y volverse loco por un stop o una racha de stops. Hasta los traders más experimentados tienen rachas de stops, es verdad que no es una cosa glamurosa de enseñar al público, por eso parece que sólo tu las tienes y eres malo por ello.
No hay que tener miedo al stop, cuando este aparece normalmente pertenece a las muchas operaciones negativas que el sistema contempla o quizás, las menos, que no ejecutaste correctamente el sistema. Si un sistema tiene un 60% de operaciones ganadoras por un 40% perdedoras, has de tener la capacidad emocional y monetaria para soportar ese 40% de operaciones negativas.
Os dejo, me voy a tomar un café con mi amigo, el Sr. Stop.