El Gobierno chileno y el Banco Central se reunirán esta semana para evaluar los efectos de una fuerte apreciación del peso en la actividad económica, anuncio que el mercado consideró como una intervención verbal y que hizo caer a la moneda local.
El peso, que se encuentra en niveles cercanos a los de una intervención cambiaria del 2011, se ha apreciado en torno a un 2 por ciento en lo que va del año tras ganar un 8,48 por ciento en 2012.
“Nosotros actuamos en completa coordinación con el Banco Central. Nos vamos a reunir próximamente, entre mañana y pasado (jueves y viernes), con el presidente del Banco Central (…), es sin duda una situación que nos preocupa”, dijo a periodistas el ministro de Hacienda, Felipe Larraín.
En 2011, el Banco Central intervino con compras por 12.000 millones de dólares cuando el peso alcanzó los 465,50 unidades por dólar. Algunos agentes creen que, en esta ocasión, la intervención llegaría en torno a las 460 unidades y con compras en torno a los 20.000 millones de dólares.
Tras los dichos de Larraín, la moneda chilena amplió las leves pérdidas de inicios de jornada, y a media sesión retrocedía un 0,34 por ciento a 468,50 unidades por dólar para la compra y 468,80 unidades para la venta.
“El mercado se puso nervioso por lo que acaba de decir el ministro Larraín, de su reunión con el Banco Central y posibles medidas para el peso. Eso hizo que se tomen posiciones en dólares. Lo que frenó una mayor caída del peso fue que el escenario externo está positivo”, dijo un operador.
NO AL CONTROL DE CAPITALES
El ministro de Hacienda insistió una vez más en que el Gobierno no ha querido recurrir al control de capitales para contener el avance de la moneda chilena.
“No hemos querido ir a la vía de los controles de capitales, y por parte del Banco Central está la opción de la intervención, pero es una decisión que tiene que tomar en forma autónoma por el Consejo (del organismo)”, sostuvo.
“Uno nunca descarta 100 por ciento una medida (como el control de capitales), pero es un camino que no nos gustaría transitar”, agregó Larraín.
El ministro recordó también que monedas de mercados emergentes como el peso se aprecian debido al estímulo monetario que aplican las grandes economías.
“El efecto que estamos viendo en nuestro tipo de cambio corresponde en buena medida (…) a la profundización del relajamiento cuantitativo en las economías desarrolladas. Ese es un problema que viene de Estados Unidos, Japón y Europa y que lo estamos sintiendo”, explicó.
Analistas han notado que en las últimas jornadas inversionistas aprovechan para realizar operaciones de ‘carry trade’. En estas, un inversionista se endeuda en dólares en naciones con tasas de interés bajas y lleva los capitales a mercados más rentables, como las naciones emergentes.
Chile mantiene su tasa clave en un 5 por ciento desde inicios del año pasado, debido a la fortaleza de su economía , un nivel bastante superior al de naciones desarrolladas con tipos rectores en mínimos históricos.
“Nosotros estamos sanos, estamos bien y por eso los capitales vienen a nuestro país, y eso indudablemente pone en una situación compleja a nuestros exportadores y eso nos preocupa”, sostuvo Larraín.
Precisamente, los más afectados con la importante apreciación de la moneda chilena son los agroexportadores, quienes pierden competitividad al recibir sus ganancias en dólares y demandan acciones por parte del Gobierno.