El mercado del oro es grande, global y altamente líquido.
Sí, el mercado del oro se considera muy líquido. Su volumen de negociación es superior incluso al enorme mercado de la deuda pública de EEUU.
Esto significa que puedes comprar o vender oro fácilmente y a precios cercanos al mercado en cualquier momento, sin que grandes volúmenes de compra o venta provoquen fluctuaciones significativas en el precio.
El oro es uno de los activos más líquidos que existen, justo por debajo de las acciones que cotizan en el S&P 500.
Además, como dato revelador para el pensamiento contrario, el oro físico es más líquido que los bonos del Tesoro estadounidense (US T-Bills), un activo considerado extremadamente líquido (y de un volumen enorme).
Para ponerlo en perspectiva, el oro físico es un 250% más líquido que el global de acciones promedio del Dow Jones (promedio de las 30 compañías más grandes de la bolsa de Nueva York).
El oro es incluso más líquido que el tipo de cambio entre el euro (EUR) y la libra esterlina (GBP) o el yen japonés.
Para los seguidores de las criptomonedas, el oro es un 800% más líquido que el Bitcoin. Visto así, un activo intangible tan extremadamente volátil y con tan poca liquidez, resulta de lo más "refugio seguro" para nuestro patrimonio.
El oro, a diferencia de la práctica totalidad de activos, es un valor tangible permanentemente creciente, con la máxima calificación crediticia, y extremadamente líquido.