El ministro de Economía y Hacienda irlandés, Paschal Donohoe, que encabeza el llamado Eurogrupo de Ministros de Economía de la UE, se sintió obligado esta semana a asegurar a los inversores del mercado de bonos que la eurozona no se enfrenta a otra crisis de deuda como la de hace una década.
Sus declaraciones tenían lugar después de que el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo celebrara una reunión de emergencia la semana pasada en la que prometió medidas para evitar que los diferenciales de los bonos soberanos crecieran hasta el punto de que el banco central no pudiera seguir aplicando una política monetaria eficaz.
Después de que el BCE no detallara ninguna medida de apoyo tras su reunión ordinaria de política monetaria de la semana anterior, los inversores europeos vendieron los bonos italianos, haciendo que el rendimiento de los bonos a 10 años superara el 4% y ampliando el diferencial con los bonos alemanes a niveles no vistos desde que se iniciaran las compras de bonos de emergencia al comienzo de la pandemia.
La promesa del BCE de proporcionar cierto alivio desviando fondos para comprar bonos de países muy endeudados como Italia y España ha calmado los mercados y reducido el diferencial entre los bonos italianos y los alemanes.
Donohoe tenía razón al afirmar que los bancos europeos, incluidos los italianos, están ahora en una posición más fuerte que hace 10 años, pero Europa se enfrenta también a nuevos retos por el aumento de la inflación y la guerra de Ucrania.
Los bonos franceses recibieron un duro golpe cuando el recién reelegido presidente francés, Emmanuel Macron, perdió su mayoría en el Parlamento con la segunda ronda de las elecciones legislativas del domingo. Su alianza centrista sólo ganó 245 escaños en la votación directa por circunscripciones, sólo el 38,6% de los 577 escaños y muy lejos de los 289 necesarios para la mayoría.
También es negativo para el rendimiento de los bonos el hecho de que la Agrupación Nacional de extrema derecha, liderada por Marine Le Pen, obtuviera un récord de 89 escaños en una oleada de última hora, mientras que la alianza de izquierda-verde, encabezada por Jean-Luc Mélenchon, obtuvo 131 escaños.
Este resultado hizo aumentar la rentabilidad de los bonos franceses a 10 años más de 10 puntos básicos el lunes, hasta el 2,31%, lo que no es mucho, pero sí más que las débiles naciones del sur como España, Portugal e Italia. El diferencial entre los bonos franceses y alemanes a 10 años se amplió a unos 58 puntos básicos, frente a los 30 de principios de año.
A Macron le va a ser mucho más difícil sacar adelante cualquier programa de reformas sin la amplia mayoría de la que había disfrutado hasta ahora (ya ha tenido dificultades con las reformas de las pensiones incluso antes, con disturbios en las calles).
Sin embargo, el rendimiento de los bonos alemanes aumentó fuertemente el lunes, ya que el poderoso sindicato IG Metall, que representa a los trabajadores de la industria automotriz y otros sectores, dijo que buscará aumentos salariales del 7%-8% en la próxima ronda de negociación.
El rendimiento de los bonos alemanes a 10 años aumenta más de 8 puntos básicos, hasta el 1,745%, manteniendo el diferencial con el rendimiento de los bonos italianos a 10 años por debajo de los 200 puntos básicos, a pesar de la fuerte subida del rendimiento de los bonos italianos.
Los bonos del Tesoro de Estados Unidos han pasado a un discreto segundo plano frente a los acontecimientos europeos, especialmente porque el mercado de Estados Unidos permanece cerrado con motivo de la festividad nacional del Día de la Liberación. El rendimiento de los bonos de referencia a 10 años descendió 8 puntos básicos el viernes, hasta el 3,226%, tras la subida de 75 puntos básicos de la Fed la semana pasada.
Otros bancos centrales se han unido a la Fed, y el banco central suizo ha subido sus tipos de interés por primera vez en 15 años, en medio punto, y el Banco de Inglaterra ha implementado su quinta subida de tipos de un cuarto de punto consecutiva.