- El mercado anticipa el aumento de los tipos de interés tras los datos de empleo de EE.UU.
- La Fed podría mover ficha más pronto que tarde
El dato de empleo de EE.UU. correspondiente al mes de febrero y que conocimos el pasado viernes, fue otro gran y sólido dato que, unido a una serie de informes sólidos muestran que el mercado laboral estadounidense sigue mejorando.
De manera significativa, no sólo las nóminas lo hicieron bien al registrar un fuerte avance de nuevo en febrero, el informe también mostró que la tasa de desempleo de Estados Unidos cayó al nivel del 5,5%, el extremo superior del rango que la Reserva Federal (Fed) considera normal.
La sacudida del dólar
Hemos visto la tasa más baja del dato de paro desde mayo de 2008 y la inesperada caída hasta un nuevo mínimo del ciclo en la tasa desató una tremenda sacudida al alza en el dólar estadounidense, ya que los mercados adelantaban en el calendario las probabilidades de la primera subida de tipos de la Fed en casi nueve años.
La Fed ha tenido el lujo de esperar mucho tiempo antes de relajar la política debido a los niveles de inflación extremadamente bajos así como a los pocos signos de que un mercado laboral cada vez más ajustado esté causando una aceleración en la inflación salarial, que también sigue siendo bastante baja.
Pero, debido a que la Fed sabe que la política monetaria funciona con un retraso de nueve meses a un año, es más probable que mueva ficha más pronto que tarde, ya que el mercado de trabajo ya ha alcanzado casi pleno empleo, sobre todo para muchos puestos de trabajo cualificados.
La próxima reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) ya está en marcha para la próxima semana y no me sorprendería ver que la palabra "paciencia" (que describe el tiempo que la Fed esperará antes de subir los tipos) sea retirada de la nueva declaración de política monetaria para abrir la posibilidad de un alza de las tasas en junio.
Pero lo que complica la decisión de la Fed a subir los tipos de interés es el mercado alcista furioso en el dólar de EE.UU., un escenario que se debe, en parte, al exceso de rentabilidad económica de Estados Unidos y las hipótesis sobre la trayectoria de avance de la política de la Fed.
Liquidez oprimida
El otro conductor de la fortaleza del dólar es el agotamiento de las fuentes tradicionales de liquidez en dólares, especialmente las reservas de divisas.
China ya no está acumulando reservas ya que el renminbi ya no está bajo presión para fortalecerse, todo lo contrario, de hecho, las reservas cayeron más de 150.000 millones de dólares en los últimos seis meses de 2014, el boom inmobiliario claramente ha terminado ahí.
En otros lugares, la espectacular caída en el petróleo crudo significará que los principales exportadores de petróleo como Arabia Saudí tendrán que echar mano de sus reservas de divisas para financiar el déficit presupuestario en lugar de acumular más dólares este año.
Por si esto no fuera suficiente, el gobierno de EE.UU. está cerca de llevar a cabo un presupuesto equilibrado, que tensa la oferta de bonos del Tesoro de Estados Unidos, y por lo tanto, reduce la liquidez en dólares para el mundo.
Estas circunstancias están totalmente fuera de control de la Fed, e irónicamente, la fuerza del dólar estadounidense ya está actuando como un mecanismo de ajuste de gran alcance sobre la liquidez y la economía a nivel mundial. Este mercado alcista galopante del dólar es el factor de estrés global más importante en este momento.
Esto plantea la pregunta: en los próximos meses ¿qué ocurrirá primero, subirá la Fed los tipos en EE.UU. o el repunte del dólar derrumbará a los mercados de activos globales?