Aunque el mercado ya descontaba desde hacía semanas el lanzamiento del programa de relajación cuantitativa (QE) por parte del BCE, la confirmación por parte de Mario Draghi y su anuncio de la compra mensual de 60.000 millones hasta septiembre de 2016 ha tenido fuertes implicaciones en todos los mercados.
Aunque Draghi ha asegurado que el BCE no puede arreglar sólo el escenario que lleve hacia el crecimiento en la zona euro, ha recordado que "se necesita más inversión y para que haya inversión hace falta confianza, que necesita a su vez de reformas estructurales. Y para ello hace falta la colaboración de Gobiernos y Comisión Europea".
Sin lugar a dudas, el euro/dólar (EUR/USD) ha sido uno de los activos que más ha reaccionado ante las palabras de Draghi, ya que ha acelerado su descenso de las últimas semanas y ha llegado a tocar niveles de 1,148.
Las bolsas también se han sumado a la reacción del mercado ante las nuevas medidas del BCE y, en concreto, el Ibex 35 ha llegado a anotarse repuntes superiores al 1% superando la cota de los 10.400 puntos.
Las acciones de IAG (ICAG) han encabezado los avances, con subidas del 3,60%, seguido por BME, con repuntes del 2,40%, así como por Indra (IDR) o los títulos de Red Eléctrica (REE), con repuntes del 2,25%.
Tampoco se ha quedado atrás el sector financiero, uno de los sectores al que apuntaban los expertos como uno de los más beneficiados de las nuevas medidas de Draghi. Banco Popular y Banco de Sabadell (SABE) han logrado avances superiores también al 2%, aunque los dos grandes del sector, BBVA y Santander (SAN) no han demostrado tanta fuerza alcista y se han anotado rebotes superiores al 1%. Del lado bajista, los títulos más penalizados de la sesión han sido los de Grifols (GRLS), que caen más de 1%.
Por su parte, el DAX alemán avanza medio punto porcentual hasta situarse en los 10.357 puntos, mientras el Euro Stoxx 50 gana un 1,13% hasta los 3.300 puntos. Otro mercado que ha sufrido las consecuencias inmediatas del efecto QE de Draghi ha sido el de deuda española a 10 años, ya que la deuda soberana es uno de los principales objetivos de compra del programa del BCE. En concreto, el bono español ha pasado desde el 1,52% hasta un rendimiento de 1,449, mínimos históricos.